jueves, 15 de abril de 2010

La V Internacional y el programa socialista (I) El hielo está roto (Por Martín Moreno)

La V Internacional y el programa socialista (I) El hielo está roto

Por Martín Moreno

Primera de dos partes acerca de los elementos hacia un programa socialista para la V Internacional

Introducción

Este abril originario, cuando en Caracas ardan los fuegos por el Bicentenario, habrá un invitado de honor en las cabezas y en los corazones de millones. Ese viejo fantasma que Marx y Engels declararon por primera vez al mundo: la Internacional.

La V Internacional ya ha sido proclamada. El hielo está roto. El surco está abierto. La Internacional, porque es una necesidad antes que nada, ya es, existe, vive y crece en la mente y el corazón de millones de trabajadores de la causa revolucionaria en todo el planeta. Anuncia un mundo nuevo. Ha sido echada a volar. Nadie puede detenerla ya. Vive más allá del monte Avila, en la intifada de Gaza, en los desiertos del Sahara occidental, en las revueltas griegas, en las luchas estudiantiles argentinas, en los paros nacionales de México, en las llanuras montañosas de Nepal, en las demostraciones en Lahore, en millones de recamaras, habitaciones, cuartos obreros de todo el mundo, en los cybercafés donde un revolucionario en cualquier lugar del mundo se conecta o­n line y une su destino a los pobres de la tierra, como dice el canto….

Una Internacional auténticamente revolucionaria siempre se construye desde abajo, desde la teoría revolucionaria, desde la lucha, desde la necesidad y la esperanza, desde la acción militante en las calles, fábricas, escuelas y campos, desde esa misma Ciudad de la Esperanza del Distrito Federal de México a la roja rojita Caracas, desde la siempre revolucionaria La Habana a la insurgente Managua, desde la revolución pendiente en los Estados Unidos de Norteamérica a la combativa La Rioja argentina, o a ese Montevideo donde hace tiempo una generación abrazó la causa revolucionaria para romper la historia a favor de los más desfavorecidos, desde la Guatemala mártir de la Marcha de Dolores a las concentraciones combativas sindicales de FENASTRAS y en memoria de Monseñor Romero en San Salvador, desde ese Perú de Ayacucho con 6,000 miembros democráticos de las fuerzas armadas marchando por los Andes, levantados contra Fujimori….. Esa es nuestra América, la misma de Bolívar, San Martín, Sucre, Morelos, Artigas, Morazán, Tupac Katari, Tupac Amaru, José Martí, Cesar Augusto Sandino, Carlos Fonseca Amador, Farabundo Martí, del comandante Guevara, la de Salvador Allende, de Luis Emilio Recabarren, Camilo Torres, la misma de Celia Hart Santamaría……

En ésta, nuestra America Latina, la revolución no es una tarea del porvenir. Es presente alzado. Hoy, el futuro del mundo, por tanto de la civilización misma, sin un ápice de exageración, se decide en las ciudades y campos de América Latina. También el futuro de los Estados Unidos de América y el de la propia Europa, que marcha con otras realidades, otros tiempos, otros ritmos ante la nueva era. Una derrota ante la descomposición capitalista sólo puede ofrecer un camino: la barbarie, idea anticipada brillantemente por Engels. Así que esta batalla, a ganar con las armas de las ideas en primer lugar, es sí o sí. No hay de otra.

La V Internacional anda. Cabalga por América Latina, con el viejo sueño de Bolívar en el puño, y también por los cinco continentes. Su tarea histórica es enterrar en el mar al capitalismo y sus imperialismos. Hasta alumbrar la verdadera historia de la humanidad, hasta colocar en el cesto de la basura de la historia los horrores sin fin de la sociedad dividida en clases: miseria, hambre, explotación, opresión, desempleo, egoísmo individual, burocratismo, boliburguesía, las injusticias, la guerra, la destrucción del planeta, los efectos devastadores de los fenómenos naturales por la falta de planificación…..

Se puede pensar que la V Internacional es un camino largo. En cierta forma, es verdad. En realidad, no hay camino. En los versos libres del poeta español Antonio Machado “caminante, no hay camino, se hace camino al andar”.

Una situación revolucionaria no es un día, un instante, ni un mes. Es un proceso, con un periodo de tiempo suficiente para que haya varias oportunidades (puntos de inflexión) donde la situación puede decantarse en un sentido u otro depende de la firmeza y decisión de la dirección, de la acción de las masas, de la correlación de fuerzas lograda con el trabajo preparatorio anterior y otras factores. O revolución o contrarrevolución. Ese es el dilema. Hace mucho tiempo el revolucionario ruso León Trotsky afirmó esa profunda idea de que la crisis histórica de la humanidad se reduce a la crisis de la dirección del proletariado.

Del mismo modo, el surgimiento de una Internacional nunca ha sido cuestión de meses sino mas bien de años. La paciencia, la capacidad de aguante, es la gran virtud para la revolución. La impaciencia, su fatal error. La Tercera Internacional tardó en nacer desde la Conferencia de Zimmerwald hasta 1919 y la IV Internacional, desde 1933 hasta 38, en distintas aproximaciones sucesivas. La V internacional, apenas cumplirá cinco meses de ser alumbrada la idea. Existe, es y está en gestación. Se puede afirmar que no existe a dia de hoy partido de la izquierda mundial que no cuente ya en su seno con simpatizantes y seguidores de la V Internacional, propagando como el viejo topo de la historia las ideas que la Internacional ha vuelto a reivindicar, a dar su justo lugar de honor en la historia presente y darles de nuevo vida en la acción de masas a términos como “revolución”, “socialismo “ “internacionalismo”. No es poco. Tal empresa no es para nada menor.

Los postulados de la Internacional

Para los que provenimos de las tradiciones en torno a la bandera roja del marxismo revolucionario hay varios postulados que defendemos propuestos a debate democrático. El objetivo de la V Internacional es la revolución socialista mundial. Su método: el materialismo dialéctico. Su programa: el marxista. Su lema: ¡total libertad en la discusión, golpear juntos!

La V Internacional retoma y hace retomar las ilusiones de las masas y ofrece una nueva perspectiva, una nueva y vieja bandera a la vez, la bandera de la democracia obrera: antiimperialista, anticapitalista, socialista, antisectaria, antiburocrática, con mayor énfasis en este tiempo en la democracia que en el centralismo, unificadora en la acción del movimiento obrero mundial y los movimientos juveniles y sociales mundiales, marchando juntos.

La V Internacional retoma el aglutinamiento de organizaciones que provienen de tradiciones tan diversas, en su mayor carácter de movimiento, como sucedió en la I Internacional; de la Segunda Internacional, en los tiempos del viejo Engels, adhiere su carácter socialista y la conjunción de los grandes sindicatos obreros de masas con las secciones de la Internacional; de la III Internacional, el haber sido convocada a partir de un partido de masas como el Partido Socialista Unido de Venezuela, del mismo modo que entonces hiciera el Partido Bolchevique; y enarbola, de la IV Internacional, lo perenne de su Programa de Transición.

La V Internacional lucha por el libre agrupamiento de los trabajadores de todo el mundo, por la libertad sindical, contra las leyes antidemocráticas en paises que obligan a que sea el gobierno de turno el que conceda “legalidad” al libre derecho de agrupación sindical, de esa clase obrera en cualquier latitud en lucha contra los métodos del gangsterismo sindical.Se pronuncia por el combate y la autodefensa contra los métodos represivos de estados, patronal y burocracias oficialistas en Estados Unidos, Latinoamérica, Africa, Asia y Europa.

Ante la crisis del capitalismo, no hay “terceras vías”, no existen “nuevas vías”, ni “new labour”. Todas están viejas recetas han caducado a la luz de la historia. Es socialismo o barbarie. Tal es el dilema de nuestro tiempos. Ningún trabajador en el mundo, ninguna clase social queda al margen de esta disyuntiva.

En La V Internacional se inscriben algunos postulados fundamentales: llamar a las cosas por su nombre; no ocultar nada a las masas, fuera el secretismo, que suele cobijar a diferentes variantes burocráticas en un caldo de cultivo idóneo para su desarrollo, que haya desde el primer día luz y taquígrafos; no buscar atajos, manteniendo siempre el método de la paciencia revolucionaria y huyendo de la impaciencia y de la rutina; mantener el sentido de la proporción; confiar totalmente en nuestra clase; no intentar imponer una cierta táctica general sin tomar en cuenta las particularidades, el ritmo, la lógica de la lucha de clases en tal zona o país del mundo, audacia y mas audacia junto a organización y mayor organización; no simplificar la realidad; no acusar a la clase de ser incapaz de elevarse a las ideas revolucionarias ni pretender tutelarla como si de un menor de edad se tratara. Nunca nadie se debe presuponer alejado del movimiento hasta que él mismo no quiera saber nada o se pase al enemigo de clase en declaraciones y acción o cometa una pena grave realmente comprobada como robo u otras.

Sectarismo y oportunismo, dos caras de la misma moneda se dan la mano y perecen ante su atomización, en esa cinta de Moebius, ese infinito convertido en símbolo, sin fin del escisionismo y la parálisis. Hoy como ayer y como mañana, los procesos históricos de la lucha de clases seguirán pasando por las organizaciones tradicionales, creadas por nuestra clase con mucho esfuerzo, sacrificio, sangre, sudor, tradiciones, incluso transmitida en las familias de generación en generación, símbolos…. Como ley general que la historia nos muestra, en los países donde se da la existencia de dos partidos a través de los que se expresan los trabajadores los procesos de debate, critica, izquierdas socialistas, de refundación marxista, reformismo de izquierda y centrismo en términos marxistas, el surgimiento y la participación de los trabajadores en las olas pre revolucionaria y revolucionarias se dará en ambos partidos, con diferente cantidad de participación y ritmo, de forman no uniforme por todo el país, teniendo en unas localidades más fuerza una de las dos herramientas organizativas y en otra, lo mismo podrá ser su complementaria, desde el punto de vista unitario del marxismo. La forma, en este caso, no es fondo.

“La emancipación de los trabajadores será obra de ellos mismos“. “Los marxistas no formamos un partido aparte de donde están las masas organizadas“. Nunca olvidemos tales postulados, que forman parte del legado de las ideas más vivas de lo más avanzado del movimiento, y que ahora son retomados por la V Internacional, procedentes de los primeros dias de aquella Primera, que a pesar de sus débiles fuerzas dio con valentía el paso adelante necesario históricamente y sentó las bases para el futuro.

(Fin de la primera parte..)
Título de la segunda parte: La V internacional y el programa socialista (II) Puntos para el Programa


http://www.kaosenlared.net/noticia/v-internacional-programa-socialista-i-hielo-esta-roto

lunes, 5 de abril de 2010

La V Internacional y la revolución cubana: Un llamamiento al Partido Comunista de Cuba (Daniel Guerra)




“El marxismo ha muerto.” Éste es el mantra que desde la desintegración de la URSS, e incluso tiempo atrás, se repite sin cesar por todos los medios de comunicación burgueses. Sin embargo, a pesar de la incesante campaña mediática contra los principios revolucionarios del socialismo marxista, a escasos kilómetros de las costas del corazón del imperio americano, una pequeña isla caribeña, sitiada, acorralada y brutalmente acosada desde hace cincuenta años por un asfixiante bloqueo económico, comercial y financiero, desafía con orgullo todos los pronósticos de los intelectuales del capitalismo. La revolución cubana sigue en pie contra viento y marea, resistiendo todos los embates de un imperialismo que cada vez que muestra sus garras, es respondido por un pueblo que eleva sus puños al cielo al grito de ¡Socialismo o muerte!

¿Cómo se explica la supervivencia del socialismo en este pequeño territorio del planeta? En los libros de texto de los países capitalistas no se encuentra ningún análisis serio o teoría sobre esta cuestión, quizá por el temor de llegar a conclusiones demasiado desagradables para ellos. No obstante, la revolucionaria cubana Celia Hart de Santamaría escribió en mayo del 2004 el artículo titulado «El “socialismo en un sólo país” y la revolución cubana», del que se extraen tres claves importantes para descifrar esta incógnita.

La primera clave radica en el éxito indiscutible de la economía planificada. El contexto cubano es el de Latinoamérica; un continente donde el hambre, el analfabetismo, la miseria, la escasez de medidas higiénicas y las deficiencias en infraestructuras sanitarias son problemas endémicos. Por otro lado, la ruptura de las relaciones entre el gobierno de Cuba y los países del antiguo bloque oriental, supuso un duro golpe para la economía de la isla, ya de por sí duramente hostigada por el bloqueo. Aun así, las necesidades básicas de los cubanos están cubiertas, el sistema sanitario alcanza al 100% de la población y la educación es universal.

La segunda clave reside en el carácter revolucionario del socialismo cubano. Celia Hart lo ilustra muy claramente al destacar la siguiente característica: El pueblo cubano, cuando se refiere a Cuba, alude siempre a la revolución cubana, en lugar de a la Cuba socialista. Esta peculiaridad, que a simple vista puede parecer anecdótica, revela que el proceso revolucionario no se considera un proyecto acabado ni estancado, lo cual representa un rasgo diferencial respecto a lo que supuso la URSS y el resto de sus antiguos países satélites.

Con la llegada de Stalin, se pasa rápidamente de hablar de la revolución soviética a el socialismo soviético o el socialismo real, lo que induce a pensar en un proceso revolucionario ya concluido. Según Celia Hart, esta diferencia es esencial para entender por qué la revolución cubana no sucumbió tras la caída del muro de Berlín. Asimismo, hay que tener presente que en Cuba el socialismo no fue impuesto por los tanques soviéticos, sino que surgió de la lucha del pueblo, forjándose en un espíritu revolucionario inquebrantable.

Ahora bien, esto no significa que haya que bajar la guardia. Cuando las revoluciones se estabilizan y alcanzan cierto punto de desarrollo, tienden a consolidar un aparato administrativo que puede desarrollar ciertos vicios burocráticos, a menos que el pueblo ejerza un control adecuado. El acomodo a la victoria y la rutina diaria de la construcción de una república socialista son susceptibles de desarrollar desviaciones bonapartistas proletarias (estalinistas) en cualquier revolución, sobre todo para aquéllos que la consideran como un empleo. Cuba no está libre de este peligro, y las estrechas relaciones que mantuvo con las burocracias estalinistas, a la fuerza han debido contagiar ciertas tendencias conservadoras y reformistas a aquellos miembros del Partido Comunista que buscan la tranquilidad y el statu quo.

Así pues, en Cuba, además de los llamados “disidentes”, financiados por Estados Unidos, también existe en el seno de la revolución más de un burócrata esperando el momento oportuno para disfrutar de los beneficios que no pueden obtener con el sueldo de su cargo y siempre habrá quien esté dispuesto a ofrecérselo, y que seguramente ya están maquinando para permitir la entrada de medidas capitalistas en la isla. De la misma forma tratarán de frenar y obstaculizar el proyecto de la V Internacional; y esto no sólo ocurre en la revolución cubana, sino también en el seno de la revolución bolivariana. La lucha contra las deformaciones burocráticas y el reformismo es un frente de batalla constante en toda revolución.

Contra los núcleos más degenerados del Partido Comunista de Cuba, la autoridad del Comandante Fidel Castro Ruz, aquél que fuera capaz de proclamar ante el desmoronamiento de Europa del Este: “Ahora más que nunca, ¡Socialismo o muerte!”, es por el momento un obstáculo insalvable. En cambio, a diferencia de lo que ocurre con las ideas, los individuos no viven eternamente. El imperialismo, como buitre hambriento al acecho, se dispone a asaltar la isla con pactos y negociaciones, resuelto a devorar los triunfos de la revolución cubana con su mejor sonrisa a cambio de unas migajas. En el pasado, el imperialismo recurrió principalmente al bloqueo y las amenazas, sin lograr nada que no fuera unir aún más al pueblo cubano en la defensa de su revolución. En el futuro, intentará comprar y sobornar, tal y como está haciendo ya para construir la disidencia política. Contra tal amenaza, la revolución no debe estancarse ni dar pasos en falso. Como afirmó Fidel Castro en una ocasión comparando la revolución con una bicicleta que avanza y no se debe detener, tampoco la revolución debe frenar, pues de lo contrario, caerá inevitablemente.

La tercera clave del éxito de la revolución cubana, tal vez la más importante, se encuentra en ese sentimiento que recorre las venas de toda Latinoamérica desde que Simón Bolívar soñara con una América Latina unida por encima de fronteras nacionales: El internacionalismo. Mientras que en los países de la URSS se estableció la teoría del “socialismo en un solo país” para servir a los intereses de la burocracia; en el pueblo de Cuba el principio internacionalista se hallaba tan arraigado que ni la burocracia soviética logró arrebatárselo. Para poder comprenderlo mejor habría que remontarse al mismo nacimiento de esta nación, fruto de la fusión de tres continentes. El primer ejemplo más destacado de este internacionalismo se encuentra en las figuras históricas de Máximo Gómez y José Martí.

El general Máximo Gómez Báez, jefe militar de la segunda guerra de liberación de Cuba en 1895, era natural de Bani, República Dominicana. Llegó a Cuba en 1865, donde conoció las penurias de los pobladores bajo el yugo de los colonizadores y no dudó en luchar por la libertad de los cubanos junto con José Martí, fundador del partido Revolucionario Cubano en 1892. Martí hizo del internacionalismo el fin último de la independencia de Cuba. Aunque sin lugar a dudas el más claro ejemplo de internacionalismo que se ha dado en toda Latinoamérica se haya en el corazón de la propia revolución cubana, personificado en la figura del mismísimo Comandante Ernesto (Che) Guevara.

El Che combatió por el socialismo por encima de fronteras nacionales lejos de su Argentina natal. Una vez hubo triunfado la revolución en Cuba, comenzó a promover movimientos guerrilleros por todo el mundo. Rápidamente abandonaría todos los cargos que ocupaba en la isla para, tal y como expresó por carta al pueblo cubano a través de su compañero de lucha Fidel Castro, “combatir el imperialismo donde quiera que éste se encuentre”. Combatió en África, con el fin de apoyar a los movimientos revolucionarios en marcha. El 9 de octubre de 1967, en La Higuera (Bolivia), el Che cae luchando por los más altos ideales que un hombre puede llegar a alcanzar. No existe en toda América Latina un mejor ejemplo de la aplicación de la teoría de la Revolución Permanente de León Trotsky. Éste es el legado más preciado de la revolución cubana para el proletariado mundial.

Hoy en día, Cuba continúa manifestando su internacionalismo compartiendo con el mundo los logros de su revolución, enviando médicos, técnicos, maestros y profesionales en misión humanitaria allí donde fuese preciso echar una mano solidaria. La prueba más reciente se observa en la rápida respuesta de auxilio en los pueblos de Haití y Chile, tras los últimos seísmos que han sufrido. Si bien, este internacionalismo siempre se muestra recíproco desde el mundo hacia Cuba, puesto que proliferan por doquier movimientos de solidaridad con el pueblo cubano y su revolución, manifestaciones contra el bloqueo, campañas contra el acoso mediático, así como todo tipo de gestos de apoyo que mantienen viva la revolución cubana fuera de sus fronteras.

Por otro lado, los aciagos años de soledad de la revolución cubana podrían tener los días contados. En países como Bolivia, cada vez se habla más del socialismo como alternativa al sistema capitalista y su podredumbre, mientras que en Venezuela, la revolución bolivariana avanza con expropiaciones de los medios de producción bajo control obrero. En toda Latinoamérica, la búsqueda de la unión de los pueblos en contra del imperialismo, inspirándose en el sueño de Bolívar, se materializa hoy en proyectos como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), así como la futura constitución de la Alternativa Martiana.

En este contexto, está prevista la fundación de una V Internacional como respuesta a la urgencia de la unidad de la clase trabajadora en su lucha contra el capitalismo. El Presidente Hugo Chávez es el accidente histórico mediante el cual se ha manifestado la necesidad del internacionalismo, una necesidad tan incuestionable que resulta imposible de rebatir. Así pues, rápidamente se ha abierto el debate en todas las organizaciones de izquierda. Sólo el PSUV cuenta con siete millones de afiliados, en seguida se adhirió el FMLN, organizaciones de la IV ya han expresado su adhesión, y la idea va ganando simpatías por doquier, especialmente si nos fijamos en las bases de los partidos y organizaciones más que en sus direcciones. No importa de quién haya sido la iniciativa, la propuesta se ha lanzado al aire e inmediatamente ha echado a volar, dado que es un sueño que anida en la mente de todos los revolucionarios que claman por combatir el capitalismo por encima de fronteras nacionales. Llegado a este punto, ¿quién es capaz de detener la V Internacional? Cualquiera que lo intente pasará a la Historia como un traidor a la clase obrera.

El PC Cubano, paradójicamente, en lugar de apresurarse en abrazar este proyecto y situarse a la cabeza con el internacionalismo del Che y los logros de la revolución como estandarte, está tardando en tomar una decisión sobre su adhesión a la Internacional. Nadie mejor que el pueblo cubano para comprender el inexcusable deber y la imperativa necesidad de extender los principios y los avances de la revolución cubana por todo el continente latinoamericano y por el mundo.

No cabe la menor duda de que en las bases y en las juventudes del PC Cubano, la noticia de la fundación de una V Internacional no dejará a nadie indiferente, y probablemente muchos miembros del partido están a la expectativa del desarrollo de esta propuesta. Pero para entonces, puede que ya sea demasiado tarde. Si todos los revolucionarios esperan a que una internacional defienda un programa auténticamente socialista para participar en su construcción, difícilmente llegará a desarrollarse ese programa. Por eso lo primero que debe hacer el PC Cubano es sumarse sin demora a esta iniciativa sin renunciar ni un ápice a sus principios marxistas revolucionarios. El Internacionalismo, más allá de un sentimiento o de un sueño, es por encima de todo una necesidad imperante para la revolución cubana. Marx afirmó: “En un mar de capitalismo no se pueden dar islotes de comunismo.”

Éste es un llamamiento al Partido Comunista de Cuba y al revolucionario pueblo cubano. La V Internacional será el balón de oxígeno que las conquistas sociales de Cuba necesitan para resistir y avanzar a la vez que la Internacional necesita del PC Cubano su experiencia revolucionaria para luchar contra todo intento de reformismo, de colaboración de clases que pueda aparecer entre sus filas y contra las agresiones del imperialismo. Si la V Internacional no hubiera surgido de la revolución bolivariana, debería haber surgido de la revolución cubana. En cualquier caso, el PC Cubano debe adherirse al proyecto del PSUV para construir una Internacional capaz de extender los principios del socialismo revolucionario por todo el continente y por el mundo. De lo contrario, el futuro de la revolución cubana con todo su heroísmo y sus logros sociales, aislada en medio de las amenazas del imperialismo es claramente incierto y preocupante. Como también lo sería a largo plazo una futura federación de estados socialistas en América Latina si el socialismo no se extiende a nivel mundial.

Daniel Guerra

4 de abril de 2010

domingo, 4 de abril de 2010

PONENCIA DEL DOCTOR WILLIAM ROBINSON SOBRE LA V INTERNACIONAL SOCIALISTA EN LOS ÁNGELES


“Yo considero que este llamado que hizo Hugo Chávez para una Quinta Internacional Socialista es algo extremadamente urgente en un momento muy, muy oportuno. Yo diría incluso que es uno de los temas más apremiantes de nuestros tiempos, de nuestra época y de lo que va a pasar.”


Así comenzó su ponencia el Dr. William Robinson, reconocido sociólogo y politólogo, quien es catedrático en la Universidad de Santa Bárbara, California, y fue invitado por El FMLN-Los Angeles para abordar el tema de la política del gobierno estadounidense hacia Latinoamérica en el contexto histórico de la propuesta por la Quinta Internacional Socialista que hiciera Hugo Chávez en noviembre de 2009.

El Partido Socialista Unificado de Venezuela, convocó el pasado noviembre a partidos socialistas alrededor del mundo, y especialmente de América Latina, y de allí salió el llamado que hizo Hugo Chávez por la conformación de un organismo internacional de izquierda para enfrentar al capitalismo global.

Robinson dijo que el llamado de Chávez se da en el contexto de una ofensiva del capitalismo global, el cual está en decadencia, pero que se encuentra en una ofensiva global contra los pueblos y movimientos revolucionarios.

“La profunda crísis económica que estamos viviendo es una crisis histórica sin precedentes. El capitalismo global pasa a la ofensiva. La élite transnacional pasa a la ofensiva sobre esta crisis. La derecha latinoamericana pasa a la ofensiva. (Ustedes saben que la derecha en El Salvador está en desbandada, pero es en El Salvador, no la situación para América Latina más ampliamente). Pero a la vez, las clases populares estamos en ofensiva también. Así que estamos en un período de grandes choques.

“En realidad la humanidad enfrenta una crisis de guerras imperialistas. Por donde quiera se están extendiendo estas guerras. Donde hay revolución hay contrarrevolución. Hay empobrecimiento de las amplias mayorías a nivel mundial. Estamos cada vez enfrentando una dictadura del capital mundial ante esta crisis. Estamos enfrentando un colapso económico y ecológico a nivel planetario. Hace unos días anunciaron que había un pleito por una isla entre la India y Bangladesh, pero se acabó el pleito porque la isla se hundió en el mar. (risas).

Entonces estamos frente a un colapso ecónomico toda la humanidad.

Robinson señaló que “los medios de producción y comunicación nunca han sido tan poderosos, y los medios de producción ideológica de los grupos dominantes tampoco han sido antes tan poderosos en el alcance que tienen en 2010. Entonces, en realidad, nosotros estamos ante una situación que nunca hemos enfrentado. Las imágenes de Iraq, Afganistán, la dominación sobre Palestina y el aprovechamiento que Estados Unidos hizo del terremoto para la ocupación de Haití, etc, etc, todas estas son imágenes que nos indican que el capitalismo global es una condena a muerte para la humanidad… Es una verdadera condena a muerte.”

Robinson dijo que “nunca han estado tantas cosas en juego para la humanidad” y que es en este contexto que se da el llamado para la Quinta Internacional Socialista.

Dijo que en América Latina hay una ofensiva contrarrevolucionaria que viene de todas las luchas desde 1989, desde el Caracazo, que fuera la primera explosión contra los medios del periodismo; de ahí se vienen acumulando fuerzas sociales y políticas incluyendo las revueltas en Argentina en 2000-2001, las elecciones de gobiernos de izquierda desde Suramérica hasta Centroamérica.

Pero, señala el politólogo, que después de un poco más de diez años de avance de la Izquierda, viene la contraofensiva del capitalismo y estamos justo en esa contraofensiva.

Honduras sería en realidad la expresión más fuerte de esta contraofensiva, porque si estudiamos ese golpe fue la verdadera clase capitalisa transnacional la que lo organizó, encabezada por Estados Unidos y con los sectores más transnacionalizados representando este sistema. Ellos tocaron las puertas de los militares y las puertas de la clase política, y así el golpe se da en favor de esta contraofensiva que nosotros hemos visto.

Robinson recalcó que la construción de siete bases militares en Colombia es con objetivos de tener una capacidad de acción por todo Sur América. “Colombia, dijo, es el epicentro de la contraofensiva imperial en Latinoamérica.”

También hay bases militares que están abriéndose en Panamá. Todos estos movimientos del imperio son parte de la ofensiva que pretende amenazar constantemente el desarrollo de las revoluciones de Venezuela, Bolivia, Ecuador y otras en la región. Pero es Venezuela el foco de la contraofensiva porque de ahí nace la amenaza más grande para la clase financiera internacional, que es la alternativa del Socialismo del Siglo XXI.

El Dr. Robinson señala además que aunque esta ofensiva de contrarrevolución está organizada en Washington, ésta viene en función de un imperio del capitalismo global. “En realidad estamos enfrentando un imperio del capital transnacional, y de ahí viene esta ofensiva.”

Puntualizó el politólogo que “esta nueva crisis hace urgente que nosotros los revolucionarios, los sectores más revolucionarios, los sectores más populares, todos los que reclamamos la justicia social, que hagamos hoy más que nunca un esfuerzo para consolidar una organización por medio de la cual coordinemos transfronteras y más alla de América Latina. Que nuestra resistencia, nuestras alternativas vayan más allá de nuestro intereses propios, porque si enfrentamos una ofensiva global, necesitamos una resistencia global. Si el capital se ha globalizado, la resistencia debe ser entoces global.”

Enfatizó que “la única posibilidad que nosotros tenemos de enfrentar el capitalismo global es de unir nuestras fuerzas a nivel global, pero hoy por hoy los movimientos pupulares progresistas… nosotros tenemos un vacío de la izquierda en el ámbito global. No tenemos el mecanismo de coordinación, no tenemos un organismo que unifique tantas fuerzas que tenemos por todos los países y las regiones”.

Entonces la pregunta clara que tenemos aquí es: “Cómo respondemos a esta coyuntura en que nos encontramos. El capitalismo global está bien organizado, está expandiendo sus fuerzas globales sin precedencia y está en la ofensiva sin parámetros. Entonces nuestra pregunta es cómo respondemos a esta embestida del capitalismo transnacional?”. Robinson dijo que “entonces la tarea pendiente es una recomposición de las fuerzas a nivel latinoamericano y a nivel global y una coordinación revolucionaria en respuesta a la crisis del capitalismo global.”

En este marco, dijo que el llamado a la Quinta Internacional Socialista es la propuesta más oportuna del momento, y resaltó que el presidente Hugo Chávez es uno de esos líderes que aparecen una vez cada cien años, sugeriendo que su contribución en el mundo ha hecho posible regresar al vocabulario político la palabra “Socialismo” con un nuevo vigor.

“Viene Venezuela y pone a nivel mundial el Socialismo. Ahora nosotros podemos hablar con orgullo del socialismo. Y no nos da miedo hablar del socialismo. Y por eso es que Venezuela es una amenaza tan fuerte para este sistema capitalista de explotación, y es una confrontación de muerte que enfrentamos.

“Venezuela es el mero epicentro mundial para un socialismo del siglo XXI. Es el mero epicentro. Es muy importante reconocer esto, que después del colapso de la Unión Soviética, después del colapso del Muro de Berlin, muchos sectores de la izquierda ya no querían hablar de socialismo, ya querían acomodarse con el sistema, no querían asociarse con un sistema ‘que los llevara a la muete’. Entre muchas gentes de nuestras filas, decían ‘pues ni modo, este sistema no es compatible, nunca es compatible’…”.

“Ahora nosotros podemos hablar de nuevo con orgullo del Socialismo, desde que Venezuela aparece encabezando un movimiento por el socialismo abiertamente. “Siendo ésta la amenaza más grande para el capitalismo transnacional, no es extraño que sean Chávez y Venezuela el foco del ataque imperial.

Señaló también que la estrategia del gobierno del presidente Barak Obama es de tratar de derechizar los gobiernos de izquierda en Latinoamérica, a diferencia de previas administraciones estadounidenses que han sido mas confrontativas con los movimientos sociales. Y enfatizó que las izquierdas revolucionarias en Latinoamérica deben estar conscientes de esta estrategia del capitalismo y formar sus propias estrategias para mantenerse en sus direciones correctas rumbo al socialismo.

Mientras que mostró su ferviente apoyo al llamado por la Quinta Internacional Socialista, Robinson criticó algunas posturas que se han dado sobre el tema, y dijo que hay que mantener la postura de que La Quinta Intenaciónal debe de ser Socialista y no como un movimiento sin posturas claras.

En este sentido, Robinson hizo una reseña histórica de las Internacionales que se construyeron en el pasado con similares objetivos que se ubicaban en cada momento histórico. Señaló beneficios de estas organizaciónes internacionales que ayudaron en gran medida a consolidar la izquierdas del mundo, pero también observó que problemas ideológicos y de posturas chocantes, entre otros aspectos, contribuyeron en gran medida a las eventuales disoluciones y desquebrajamiento de las Internacionales pasadas.

Señala que las Internacionales pasadas, que empezaron con la Primera Internacional que convocaran Carlos Marx y Frederick Engels con el Manifiesto del Partido Comunista, nos han dejado un legado que ha sido muy revolucionario pero que también ha sido fracturado por corrientes ideológicas diversas que no tienen definición de rumbo y de clase. En diferentes épocas de la historia de las Internacionales, dice Robinson, estas entidades de izquierda se han fracturado por tendencias revisionistas en algunos casos, e incluso tendencias anarquistas en otros, que han estado en contra de las posiciones revolucionarias y que han causado divisiones y disoluciones, impidiendo la acción cohesionada de estas organizaciones tan importantes en la izquierda con los movimientos sociales.

Robinson advierte que se observan algunas herencias ideológicas en algunos participantes en la nueva conformación de la Quinta Intenacional que podrían ser en detrimento en la conformación de una organización internacional cohesionada, y por eso se debe de trabajar para garantizar una cohesión de pensamiento en esta nueva y muy necesaria organización internacional de la izquierda.

Enfatiza que la Quinta Internacional Socialista debe ser clara en su posición mundial como una organización que aglutine la izquierda revolucionaria en una lucha antiimperialista y por el socialismo como alternativa única al monstruoso sistema capitalista transnacional. En este sentido, el politólogo se alínea a la propuesta hecha por Chávez sobre la esencia de la Quinta Internacional que se propone como base de la lucha antiimperialista y la construcción del socialismo como objetivo final.

Comisión de Comunicaciones,

FMLN-Los Angeles



http://v-internacional-europa.blogspot.com/2010/04/ponencia-del-doctor-william-robinson.html

sábado, 3 de abril de 2010

¡La V Internacional! (José Candelario Sánchez )

“Proletarios de Todos los Países, Uníos”, con esta consigna encabezaron Carlos Marx y Federico Engels uno de los más famosos y difundidos escritos de la historia en 1948 el Manifiesto Comunista donde argumentaban, en forma científica, la necesidad de unir a todos los proletarios del mundo, por su condición de explotada ser ésta la única clase capaz de iniciar la transición del sistema capitalista por otro basado en la igualdad, la solidaridad y la justicia social. 16 años después y siendo consecuente con sus postulados teóricos en 1864 fundan la I Internacional (Asociación Internacional del Trabajo) dándole difusión al marxismo y a la organización de los partidos obreros, lo que contribuyó en la dirección de la Comuna de Paris en 1871 y según palabras de Marx fue el primer intento de tomar el cielo por los obreros.

En 1889 Federico Engels funda la II Internacional con partidos socialdemócratas y socialistas que giraban alrededor del marxismo, inicialmente fue positivo, pero pronto se produjeron agudas contradicciones en cómo interpretar el marxismo, los derechista encabezados por kautsky y Berntein proponían la reforma del capitalismo como vía de su disolución y la izquierda encabezada por Lenin sostenía firme la lucha de clases como única forma de suprimir por la vía revolucionaria el sistema de explotación al sistema capitalista.
La III Internacional es fundada por Lenin tras la victoriosa Revolución Bolchevique. La unidad del movimiento obrero no sólo era indispensable para salvar al primer Estado Obrero-Campesino victorioso de la historia sino también para estimular la revolución mundial. Trotsky fundó la IV internacional con organizaciones políticas que respaldaban la tesis de la revolución permanente.

La Internacional fue fundada para reemplazar las sectas socialista o semisocialistas (Hoy sindicatos dirigidos por sindicaleros disfrazados de revolucionarios) por una organización real de la clase obrera para la lucha contra el sistema capitalista, los estatutos provisionales y el manifiesto Inaugural así lo establece. La historia de la Internacional también ha sido una lucha constante del Consejo Central contra las sectas y experimentos contrarevolucionarios que tienden a echar raíces en su seno obstaculizando el desarrollo del verdadero movimiento de clase.

No son tiempos mezquinos, es la hora de los bravos que aman a la humanidad, hoy vivimos, sentimos la brisa convertirse en un huracán fundacional, se ha dicho que el capitalismo es el infierno, y sentimos que tenemos la posibilidad de superarlo dando nuevos aires vitales a la revolución mundial, en esta hora los obreros tenemos un papel estelar insustituible, pero al mismo tiempo tenemos que despojarnos del economicismo que durante muchos años nos sirvió para resistir los embates de la burguesía depredadora

Ya no se trata de arrancarle migajas al capital, la meta no es la reivindicación pequeña. Ahora los obreros tenemos la responsabilidad de protagonizar con el Comandante Chávez al frente la liberación de la sociedad, de fundar un mundo donde la fuerza de trabajo deje de ser una mercancía y se transforme en una fuente de elevación del ser humano y a ese sueño no podremos llegar sin la ideología que anida en el corazón de la Revolución Bolivariana. De allí la convocatoria del Comandante a La V internacional, a la unión, porque la Revolución necesita de una clase Obrera reencontrada con su papel histórico que contribuya con la consolidación de las nuevas relaciones de propiedad de los medios de producción, que sea ejemplo de conciencia del deber social, que eduque en el trabajo voluntario y en el internacionalismo, Clase motora de la nueva moral y de las nuevas luces.

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