Sobre fascistas, anarcocapitalistas, sectarios y conspiranoicos en el movimiento 15 M
…Incapaces de encontrar acceso a las masas las acusan de incapacidad para elevarse hasta las ideas revolucionarias. Estos profetas estériles no ven la necesidad de tender el puente de las reivindicaciones transitorias, porque tampoco tienen el propósito de llegar a la otra orilla. Como mula de noria, repiten, constantemente las mismas abstracciones vacías. Los acontecimientos políticos no son para ello la ocasión de lanzarse a la acción, sino de hacer comentarios… León Trotsky “El programa de Transición”
La conspiración
John Lennon afirmó en cierta ocasión que el hecho de sufrir manía persecutoria no era eximente de ser víctima de una persecución. De la misma manera, el hecho de que realmente existan las conspiraciones no le exime a uno de sufrir conspiranoia. De hecho, el conspiranoicismo suele derivar del sectarismo como consecuencia del aislamiento y de la incapacidad de ciertos dirigentes y/o activistas de comprender un movimiento social con todas sus contradicciones y su complejidad. A muchos de ellos les cuesta analizar críticamente el porqué, después de mucho prepararse para momentos como éste, tan sólo pueden asistir como meros espectadores, o como mucho ser uno más entre las masas, en ciertos movimientos sociales.
En primer lugar, sin dejar de admitir la existencia de las conspiraciones, quiero dejar constancia una vez más que en mi opinión el sistema capitalista, no es tanto “conspirador” como esencialmente reaccionario. Los capitalistas ya tienen el poder en sus manos y en su arrogancia suelen sentirse bastante seguros con él hasta que un acontecimiento brusco, repentino y por supuesto inesperado, les hace tambalear sus seguridad y ven peligrar sus intereses. Es entonces cuando actúan, cambian los planes, mueven fichas, reprimen, y a menudo, en un primer momento, se comportan atropelladamente y de forma precipitada. La sorpresa que supuso para las clases dominantes tanto las revoluciones árabes como la oleada de indignación que recorrió el mundo tras el 15 M es una prueba de ello.
Por otro lado, el principal problema del conspiranoico es similar al del hipocondríaco que cree padecer todas las enfermedades de las que tiene conocimiento, excepto aquellas enfermedades que efectivamente pueda estar sufriendo o llegará a sufrir probablemente a lo largo de su vida. Esto es así dado que sus creencias y miedos no se derivan de conocimientos científicos ni de análisis racionales, sino simplemente de pensamientos delirantes y obsesivos.
Según el historiador Bruce Cumings, “si las conspiraciones existen, ellas raramente mueven la historia; hacen una diferencia al margen de cuando en cuando, pero con las consecuencias imprevistas de una lógica fuera del control de sus autores: y éste es el error de la "teoría conspirativa". La historia se mueve por las amplias fuerzas y grandes estructuras de las colectividades humanas”.
Finalmente, existe cierta tendencia en las sociedades humanas a dar crédito a las explicaciones más extraordinarias, sensacionalistas y asombrosas, algo de lo que la prensa amarilla ─un lucrativo y rentable mercado editorial superado sólo por el de la pornografía─ sabe cómo extraer provecho. Hay varias teorías tanto sociológicas como psicológicas al respecto, yo me inclino más por la relacionada con el sentimiento de poder que proporciona el ser poseedor de conocimientos exclusivos que te permiten entrar en círculos restringidos o ser el centro de atención. El dominio del “secreto” es un elemento que desde tiempos ancestrales ha ido asociado al poder y el control, principalmente en manos de brujos y chamanes.
El movimiento 15 M
El 15 de Mayo de 2011, una convocatoria promovida por distintos grupos a través de distintas redes sociales, sacó a la calle a decenas de miles de personas en todo el estado español. Es frecuente, especialmente tras el desmesurado papel que los medios de comunicación otorgaron a las redes sociales tras las revoluciones árabes, que numerosas plataformas, grupos, o incluso individuos, intenten continuamente convocar todo tipo de actos mediante Facebook o Twitter. ¿Qué hizo que aquella convocatoria en concreto fuese exitosa? En primer lugar, las elecciones municipales. Después se dieron múltiples episodios de represión policial que, de forma similar a las represiones policiales ocurridas anteriormente en países como Egipto o Grecia, consiguieron el efecto contrario, envalentonaron al movimiento y éste comenzó a crecer y a extenderse de forma imparable. Se tomaron las plazas en actos inspirados por las revoluciones árabes (las cuales también sufrieron también su dosis de teorías conspiranoicas) y a la vez inspiraron luchas por todo el mundo.
Independientemente de quienes estuviesen físicamente tras las diversas plataformas que convocaban, tras los “twits”, los llamamientos difundidos por Internet y las especulaciones sobre sus verdaderas intenciones, la creciente indignación y el malestar social contra los duros ataques al empleo, a los servicios públicos, a la clase obrera y a la juventud en general, la creciente toma de consciencia sobre la verdadera naturaleza del capitalismo y el rechazo contra los causantes de la crisis (los grandes capitalistas, la banca, el FMI, el BCE, … en definitiva, el capitalismo) encontraron un cauce para manifestarse poco antes de aquellas elecciones. Algo en lo que las centrales sindicales y las organizaciones de izquierdas habían fracasado, entre otras razones, por su tibieza frente a dichos ataques (cuando no su claudicación total al sistema) el descrédito que ello conlleva, la desconfianza en el movimiento obrero y juvenil y el peso y el desgaste de años y años de constantes derrotas.
El movimiento, bautizado también como de “los indignados” por inspiración del manifiesto ético de Stephane Hessel : ”Indignez-vous!” en el que entre otras cosas pide recuperar los valores de la izquierda en Europa, llegó a hacer hablar al mundo entero de la “#Spanish Revolution”. El 15 M reunía todas las características de un movimiento de carácter espontáneo, tanto las positivas como las negativas. Las consignas, las pancartas, las reivindicaciones, no ofrecen lugar a dudas de su carácter izquierdista y de clase. “No somos esclavos en manos de los mercados”
Las asambleas y acampadas recorrieron el continente europeo, cruzaron el océano, donde fue rebautizado como “Occupy”, y llegó a las mismas puertas de Wall Street, símbolo supremo del sistema capitalista. En cuanto al vocabulario que emplean, es desde el principio un vocabulario de clase, pero en una fase muy incipiente. Palabras como proletariado, clase obrera…eran inexistentes (no tanto capitalismo, aunque mezclándose con conceptos más abstractos como “los mercados”) para escándalo de los más puristas. Como decía Lenin, quien espere ver una revolución en estado puro, no la verá nunca. Sin embargo, expresiones como “somos los de abajo”, o “somos el 99%” denotan esa conciencia de clase social en una fase bastante embrionaria. No es poca cosa, el sistema nos ha hecho creer que la clase obrera no existe, que los que trabajamos somos “clase media”, que si tenemos un coche o una propiedad somos pequeña burguesía,… pero aunque no nos los dejen ver, el movimiento intuye una clara división social entre “los de arriba” minoría, los explotadores, y “los de abajo” la inmensa mayoría, los que sufrimos los recortes, el desempleo, la merma en derechos democráticos... Aún así, hay quien quiere verlo como una consigna “interclasista” y no faltará quien pretenda darle la vuelta para intentar darle ese cariz interclasista al 15 M. Así, tergiversadores y conspiranoicos, de la mano, destruyendo el movimiento.
El 15 de Octubre de 2011 se llegó a producir un acto de protesta mundial, con manifestaciones en más de 80 países de todo el mundo. En el estado español las manifestaciones fueron masivas en la mayoría de ciudades, y los activistas de izquierdas asistimos a ellas con nuestras banderas y símbolos de lucha. ¿Qué más se podía pedir con esa falta de dirección revolucionaria en el movimiento y en una época de gran confusión ideológica? Las fuerzas del capital debían reaccionar rápido para neutralizarlo. Si con cada represión dicho movimiento no hacía más que acrecentarse, y con cada éxito también, ¿quién podría detenerlo? A esta pregunta se me ocurre una clara respuesta que más tarde desarrollaré. Nosotros, los activistas, los elementos más concienciados de nuestra clase, los que replicamos por doquier las convocatorias, las consignas, participamos en las asambleas, en las manifestaciones, debatimos, proponemos, discutimos… Nosotros podemos conducir al movimiento 15M y las asambleas no sólo a los barrios, sino a los puestos de trabajo y centros de estudio, arrastrando a los sindicatos, plataformas, partidos… ideologizando el movimiento, partiendo del nivel actual de conciencia de clase para elevarlo, y podemos tratar de convertir un asamblearismo estéril en un movimiento realmente representativo (en un movimiento representativo asambleario por delegaciones, que realmente represente la opinión y el sentimiento de la mayoría, al contrario de lo que tiene de "representativo", y por la vía de la representación, de sustitucionismo, la política que se ejerce en el capitalismo. Es por eso que no es de extrañar que el movimiento haya tomado como propia la consigna de naturaleza anarquista de "no nos representas") Sin embargo, somos nosotros también los únicos que realmente podemos acabar destruyendo el movimiento de forma activa y consciente. En otras palabras, sólo el 15 M puede eliminar al 15 M. No han faltado en los medios, tanto oficiales como alternativos, noticias de fuertes inversiones de dinero con el objetivo de intentar desprestigiar al movimiento de “los indignados”.
Es de suponer que algo así habrán intentado. De entrada, el intento de criminalizar y de identificar el movimiento con “perroflautas” resultó ser todo un fracaso tras las imágenes de trabajadores, jubilados, estudiantes, intelectuales, padres y madres de familia...luchando juntos en las calles. En cuanto a los métodos, estrategias y elementos que puedan estar utilizando actualmente para desprestigiarlo, hoy por hoy son pura especulación y prefiero remitirme a los hechos comprobados.
Pescando en río revuelto: La infiltración fascista.
Como en toda crisis económica que se precie en el que la izquierda ha fallado estrepitosamente, el fascismo es siempre un peligro a tener en cuenta. La debilidad de un reformismo que es incapaz de enfrentarse a un sistema capitalista que hace tiempo aceptó como el único sistema económico posible, en un época en el que no caben reformas del sistema sino contrarreformas en contra de los trabajadores, los fascistas y su demagogia populista contra la corrupción, las injusticias, los partidos… han encontrado un material con el que trabajar entre el descontento existente.
Por un lado, la confusión ideológica, la desilusión de las masas con las organizaciones de izquierdas, la extendida idea del “apartidismo” y el asamblearismo, son elementos que sientan las bases que permiten que alguien se plantee la posibilidad y la oportunidad de intentar llevar la lógica crítica contra sindicatos y partidos de izquierdas, hacia el intento de su anulación o aniquilación. Se llegó incluso a convocar en un momento dado una manifestación contra los sindicatos, presumiblemente surgida del propio movimiento 15 M, (llama la atención que no haya surgido ninguna iniciativa similar contra la patronal) cuyo fracaso debió ser tan rotundo, que pasada la fecha no he sido capaz de encontrar noticia alguna de su repercusión para ilustrar este artículo, lo que indica que dicha infiltración es en todo momento un fracaso a la hora de atraer las masas hacia sus verdaderas intenciones. Mucho ruido y pocas nueces.
¿Quiénes son estos fascistas? Para cumplir con la denominación de fascista, han de desempeñar la condición de ser elementos reaccionarios que buscan el apoyo de las masas. Si consiguen dicho apoyo, pasaríamos de hablar de individuos fascistas a fascismo o movimiento fascista. El problema que tienen esos elementos es que en ocasiones parecen creer que para conseguir dicho apoyo es suficiente con buscar una manifestación y ponerse a la cabeza. Sólo Chaplin consiguió de esta manera encabezar una manifestación obrera por accidente en una de sus películas (Tiempos Modernos), pero en el mundo real los guiones no están escritos y todo es más complejo que en un film de cine cómico.
Sin embargo hemos podido observar en el movimiento, desde el principio, a extraños elementos con un mensaje anticorrupción, antipartido, antisindicato, antipolíticos… y un claro mensaje interclasista que niega por completo la lucha de clases con unos argumentos bastante confusos pero demasiado elaborados como para ser producto de la confusión y la inexperiencia de jóvenes en los que acaba de despertar su conciencia social.
Al mismo tiempo, entre los activistas más concienciados de la izquierda, se han multiplicado la acusaciones contra el movimiento de manipulaciones fascistas, conspiraciones, conjuras, intrigas… Y es cuando más propaganda se les ha dado a los autodenominados anarcocapitalistas, (que no son más que neocons o ultraliberales reciclados en una nueva estética) o la secta zeitgeist, entre otros. Ciertamente, esos elementos fascistas, la secta Zeitgeist, y probalemente incluso el Opus Dei a juzgar por algunas acusaciones y por la constante aparición en el movimiento de reconocidos miembros de dicha secta católica, están ahí e insisten en confundir al movimiento. En algunos pueblos y localidades, desde los ayuntamientos, algunos incluso de signo derechista, se han enviado interlocutores para intervenir en las asambleas y con un tono paternalista han conseguido confraternizar con los jóvenes acampados con el objeto controlar la situación.
Estos elementos no parecen ser muy numerosos pero algunos de ellos, sí muy activos, sospechosamente demasiado activos, especialmente en las asambleas a las que han podido acudir, donde ayudándose de los métodos asamblearios han aprovechado el reflujo del movimiento y la bajada de asistencia a las asambleas para intentar coparlas empleando tácticas como las de apropiarse de megáfonos, asistir a las asambleas en grupo y dispersarse en ellas como si no se conocieran para apoyarse mutuamente (siempre evitando que se voten las decisiones y buscando el consenso, de lo contrario el método no es tan efectivo) han bombardeado con numeroso y confuso material gráfico las redes sociales, han tomado páginas web, perfiles, páginas y grupos de Facebook en nombre de dicho movimiento…. Hay quien ha indicado que son tan persistentes que parecen estar “liberados” para dedicarse a estos menesteres. Si esto fuera cierto, sería imprescindible comprobar, más que la identidad y los objetivos de los infiltrados, la de quién está detrás de la financiación y con qué objeto.
Para muestra, un botón. He aquí un grupo de Facebook con el nombre de
15M Asamblea de Propuestas - PrOpÓn aHoRa (
http://www.facebook.com/groups/202028016518848/ )
Dicho grupo se define como “.Grupo oficial de propuestas para decidir entre todos qué medidas concretas tomar, y dirigirnos así todos juntos a unas metas. Igual que el primer día, no hay ideología: ni izquierda, ni derecha” Un simple vistazo a los perfiles de los miembros y los administradores basta para ver que, dejando aparte algunos confundidos que no saben en qué grupo se han metido, sí abundan las ideologías: las derechas, con importante predominio del anarcocapitalismo.
No obstante, como se ha afirmado anteriormente, el fascismo siempre ha intervenido hasta ahora de forma velada, con la cara tapada, a escondidas tras su supuesto apoliticismo, no muestran sus banderas y piden a los demás que escondamos las nuestras. Es fácil detectarlos puesto que la mayoría de los indignados tenemos claro, unos más conscientemente que otros, que luchamos contra el sistema capitalista, así pues, preguntadles si están a favor o en contra de la libertad de mercado, y ahí comienzan a ponerse nerviosos, a andarse por las ramas, a esquivar respuestas...
El discurso “antipartido” que tanto se ha repetido durante las luchas del movimiento 15 M y la idea de “no somos ni de izquierdas ni de derechas” es quizás la primera puerta o rendija por la que han entrado dichos elementos. Por un lado ése es el típico discurso de los ingenuos, de los que aún tienen que aprender que a pesar de las traiciones y de la pérdida de ideales, existen izquierdas y derechas. Allí donde hay jóvenes que se inician en la lucha, veremos que éstos no nacen con la lección aprendida, y los militantes de izquierdas deben dirigirse a ellos siempre con explicaciones pacientes, a pesar de que finalmente serán siempre los acontecimientos los que acaben poniendo las cosas en su sitio. Los aires de superioridad, el sectarismo, las calificaciones despectivas del tipo “los 15memos” sólo hará que lanzarlos en brazos de los manipuladores.
Es más que probable que incluso los grupos anarcocapitalistas hayan sido tan hábiles como para colar en el diseño de carteles del 15 M y de su imagen corporativa los colores de su bandera, el negro y el amarillo.
Los defectos de un movimiento asambleario han propiciado dichas infiltraciones. A pesar de su apariencia, las asambleas no es el método de decisión más democrático tal y cómo están concebidas. A parte del grave error del “consensualismo” que termina diluyendo cualquier propuesta o idea a su mínima expresión para acabar obteniendo propuestas que en realidad no convencen a nadie, las decisiones se toman exclusivamente entre los asistentes, ya sean éstos una parte importante del movimiento, una centésima parte o varias personas. Así pues, según cómo, basta esperar el momento adecuado para colar cualquier idea o propuesta. Por supuesto, el símbolo del dólar, que también forma parte de la bandera “anacap”, no lo han podido colar aún en ningún sitio. En una primera fase, pueden captar seguidores, difundir o acrecentar prejuicios contra partidos y sindicatos, pero no pueden llegar a la segunda fase en la que tendrían que quitarse la careta y descubrir toda su ideología reaccionaria. Por otro lado todo eso tiende a desaparecer cuando el movimiento vuelve a crecer y la oleada de trabajadores, jóvenes y jubilados en lucha, como si de una apisonadora se tratase, pasan por encima de cualquier elemento ajeno a la lucha de clases.
Desprestigiando al 15
Más allá de quienes y por qué motivos hayan sido los causantes del accidente que permitió congregarse por primera vez a las masas en las plazas en unas protestas que antes nadie había sido capaz de organizar, es cierto que dicho movimiento ha carecido desde siempre de una dirección concreta, por lo que resulta ridículo en principio acusar a la dirección del movimiento de esto o aquello en concreto. Otra cosa es la dirección de las diferentes plataformas que participan en él, como Democracia Real Ya (DRY). Ese vacío de dirección es quizás la principal fuente de conflicto. La naturaleza aborrece el vacío, es una ley universal.
Siempre hay intereses ajenos que se infiltran o intentan manipular los movimientos sociales para su propio interés, cuando no son ellos mismos los que crean organismos o encienden la mecha del movimiento, creyendo que así lo controlarían. Así fue el caso del sindicato católico que lideraba el pope Gapón, la “Asamblea de Obreros Industriales Rusos", auspiciada por la policía zarista y los servicios secretos. Tras esos intereses ocultos, finalmente quienes se afiliaron, quienes lucharon, fueron obreros con sus propios intereses. De ahí surgió la revolución de 1905 donde se sentaron las bases, los sóviets, de lo que después resultó ser la revolución bolchevique. También pusieron en marcha sus intereses los imperialistas alemanes cuando a la caída del zarismo, permitieron a Lenin cruzar Alemania en un tren sellado hacia Rusia. Los alemanes creían que Lenin podría destruir la Duma y eso les ayudaría a ganar la guerra contra los rusos. Sin embargo, los propósitos de los revolucionarios que iban en ese tren, conscientes de las esperanzas de los alemanes, no estaban a favor del Káiser. Poco después, los ecos de la revolución rusa se extendían por Europa y a tierras alemanas crispando los ánimos revolucionarios de los trabajadores de todo el continente. Así pues, independientemente de los planes de las clases dirigentes, de los grupos sectarios que utilizan la intriga y la conspiración, los que luchamos por nuestras libertades tenemos los nuestros propios. De la misma manera, quien lucha en las convocatorias del 15 M, es el pueblo indignado contra los ataques del sistema. Que nadie nos intente contar que las revoluciones árabes han estado diseñadas por Washington en despachos de Tel Aviv, ni mucho menos por “Iluminatis” “Rosacruces” “Creadores de Un nuevo Mundo”, marcianos y otras hierbas. Una fuerza revolucionaria es tan incontrolable e impredecible como un tsunami o una erupción volcánica (Aunque los conspiranoicos más recalcitrantes saquen a colación el asunto del HAARP)
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Conspiranoico buscando pruebas irrefutables. |
No obstante, a pesar de los intentos de infiltración y manipulación anteriormente descritos, es importante insistir en que no debemos confundir a esta minoría, que no representa a nadie más que a ellos mismos, con los cientos de miles, millones de personas que hemos salido a las calles. Como tampoco pueden representar las asambleas de cientos o escasas decenas de personas a un movimiento de masas. Sólo el clamor popular que invadió las calles contra éste sistema y que volverá a hacerlo representa al 15 M.
El hecho de carecer de dirección y de estar alejado de partidos y sindicatos es un obstáculo para que el 15 M pueda pasar de un movimiento de resistencia a uno de auténtica de revolución. Como hemos podido comprobar, ni siquiera es capaz por sí mismo de convocar una huelga sin la ayuda de los sindicatos, como ocurrió en Oakland, pero tiene la virtud de haber hecho reaccionar al movimiento obrero como si de un látigo se tratase.
Sin embargo, por el mismo motivo de que carece de dirección, unos y otros, por más que intenten pescar a rio revuelto, no pueden pretender ser los dirigentes. El 15 M no tendrá dirección hasta que de las organizaciones de masas surja un programa revolucionario que conecte con las reivindicaciones de la calle contra el sistema y organice a los ciudadanos no como masas abstractas en las calles, sino como a trabajadores que en las entrañas del sistema manejamos la maquinaria de la producción. Ése es nuestro verdadero poder.
No puedo permitir que al movimiento se le califique de fascista, o de derechas… entre otras razones porque yo también soy del 15 M, y como yo, muchos amigos, compañeros y conocidos que ni mucho menos podemos ser calificados de reaccionarios por nuestra militancia de izquierdas.
De las Islas Baleares, me han llegado noticias de intentos concretos de manipulación como los que describo anteriormente, pero puntualizando que esto ha ocurrido especialmente cuando las asambleas se han ido vaciando.
En Catalunya, ni en las asambleas de l´Hospitalet ni en las de Barcelona, parecen haber infiltraciones fascistas ni base para ello. En las asambleas de l´Hospitalet, según me comunican compañeros de la zona, parece ser que se trata de un movimiento más proletario: al frente, gente que ya estaba organizada, más o menos jóvenes, con un discurso anticapitalista abstracto. Allí han armado bastante ruido en la ciudad y no parecen tener miedo a la represión policial. El movimiento de Barcelona es más grande y por eso menos homogéneo, pero no parecen existir ahí bases para la acción del fascismo.
En contraposición, desde Valencia y Alicante, los compañeros más activos comunican episodios similares e incluso más graves que en las Baleares. En Madrid hay asambleas de barrio que de forma similar a las de Barcelona, han organizado actos para evitar desahucios.
Por lo tanto, podemos observar que se trata de un movimiento que varía mucho de comunidad en comunidad, de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo. En algunos sitios hay mayor presencia obrera, en otros, más gente joven, en algunas asambleas predomina la gente mayor, y como ya he avanzado, muchas asambleas han pasado a la acción intentando evitar desahucios. No es casual que se haya puesto en marcha una Iniciativa Legislativa Popular para frenar los desahucios.
Existe una ramificación de este movimiento tan combativa como entrañable que en Catalunya se autodenomina los “iaioflautas”. Son jubilados, en su mayor parte veteranos combatientes contra el franquismo, y que quizás por ello, han sabido captar antes que nadie la deriva totalitaria a la que nos enfrentamos. Los hemos visto desde el principio ocupar centro sanitarios para evitar su cierre, y últimamente los hemos visto ocupando la “Consellería d’Interior” de la Generalitat para pedir la liberación de los detenidos por la huelga del 29 M, algo en lo que como de costumbre, las organizaciones y partidos de izquierdas tardaron en reaccionar. Todo esto hunde sus raíces en movimiento 15 M, y como se podrá comprender, no hay ni un ápice de reaccionario o de fascismo
Así pues, llegados a éste punto, cabe preguntarse ¿Quién ha salido ganando con la creciente campaña de desprestigio del movimiento 15 M? Para empezar, a un año de su fundación, hay convocada una macromanifestación mundial para el dia 12 de Mayo. Si ésta fuese tan masiva como la del pasado 15 O, volvería a poner en jaque a las clases dominantes. Sin embargo, gran parte de los elementos más activos de la clase obrera en el estado español y de los movimiento sociales, activistas, militantes de izquierdas, gente que difunde las luchas, que interviene en las asambleas, se marchan de ellas o se enfrentan a los infiltrados... en lugar de estar difundiendo la próxima lucha mundial del 12 M, ESTAMOS, y repito ESTAMOS diluyendo nuestras fuerzas en críticas al 15 M por la presencia de anarcocapitalistas, con argumentos que intentan demostrar que tras el 15 M y los indignados están moviendo los hilos el Opus Dei, o la derecha, o la extrema derecha… (Una forma de menospreciar también la inteligencia de los que participamos del movimiento y de llamarnos manipulables y tontos) Luego, otros, simplemente no dicen nada. Los hay que están hechos un verdadero lio y no saben qué decir, y los hay que simplemente son activistas para ganar adeptos a su blog o página de Facebook y por lo tanto, cuando surge una fuerte polémica en el movimiento que le puede hacer perder seguidores, como el caso de la guerra de Libia y las diferentes posturas que surgieron, simplemente escurren el bulto, no se mojan y esperan a que pase la tormente mientras se dedican a defender otras causas en las que todo revolucionario estaríamos de acuerdo.
La clave está en confundir una ínfima parte de dicho movimiento, aunque muy ruidosa, con su totalidad. No hay en esos análisis, a pesar de que han sabido detectar irregularidades, el más mínimo sentido de la proporción. Si ha habido quien pretendiese desprestigiar al 15 M promoviendo a estos elementos y aprovechando los errores y carencias típicos de un movimiento incipiente, inexperto y “antipartido”, en parte, lo han conseguido.
A ello le podemos sumar la reciente escisión de Democracia Real Ya y de la creación de una organización con métodos e intenciones dudosas. Incluso se afirma que Pablo Gandara, una de las caras más visibles de DRY, pertenece al Opus Dei. DRY es una plataforma cuyo éxito ha sido asociar su imagen a la marca 15 M y a los indignados.
Conclusión
Resumiendo, ellos, los fachas, los intereses oscuros, se infiltran, sí, y manipulan lo que pueden, sí, y hay un gran cúmulo de errores en el movimiento, por supuesto, pero el sectarismo y el conspiranoicismo descontrolado y desproporcionado, hacen el resto del trabajo para desacreditar al movimiento. No se ha sabido en muchos casos separar el grano de la paja.
Pasado el 1º de Mayo, propongo centrar todas nuestras fuerzas en sacar adelante la lucha del 12 M, con nuestras banderas rojas y nuestras siglas, por supuesto, y hago un llamamiento a todos los activistas, ideólogos, a todo trabajador organizado, a partidos y sindicatos de izquierdas, a que convoquen y se unan a la lucha. El causante de la crisis es el sistema capitalista, luchamos contra el capitalismo, contra el orden establecido, y por lo tanto, somos de izquierdas. Si hay organizaciones de izquierdas que no lo hacen claramente, es contradicción de dichas organizaciones.
Por otro lado, debemos de identificar a los elementos ajenos a la lucha de clases, a los que pretenden apartar la izquierda en una lucha que es de izquierdas, y expulsarlos de dicho movimiento. No los confundamos nunca con el verdadero 15 M. Puede haber alguien que opine que no es “ni de izquierdas ni de derechas” pero nadie puede pretender que el movimiento adopte esa postura. Los que lo han intentado, ya han tenido tiempo para opinar e intervenir, y no han hecho más que tergiversar, manipular y esconder sus banderas mientras intentaban con todo tipo de maniobras encubiertas expulsar a las izquierdas de dicho movimiento, a los que abiertamente mostramos nuestras ideas y banderas. No importa, un movimiento social de masas puede compararse con el movimiento de las mareas. Cuando la marea sube, todo queda inundado de agua en cuyo interior abunda un rico mundo animal y vegetal, una explosión de vida, belleza y naturaleza. Cuando baja la marea, ¿qué vemos sobre la arena? peces muertos, desperdicios, carroña... hasta que la marea vuelve a subir
¡Todos el día 12 a la lucha contra el sistema capitalista en todas las ciudades del mundo! ¡Somos el 99%, los de abajo, los trabajadores, los desfavorecidos, contra el 1% restante, los capitalistas que dominan el mundo y nos explotan!