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Obreros tipógrafos del siglo XIX |
En noviembre de 1871 se fundó en Madrid la Asociación del Arte de Imprimir. Se trataba de una asociación de carácter interclasista. Su objetivo era mejorar las condiciones del oficio buscando
el consenso entre patronos y obreros, armonizando los intereses de los
trabajadores con los intereses de los dueños de las imprentas. En la asociación
se promulgaba contra el odio, las intransigencias y los extremismos.
En
las reuniones públicas que se realizaron para la constitución de dicho
organismo, intervinieron Pablo Iglesias y Anselmo Lorenzo, quienes rechazaban la
política de colaboración de clases y recordaban a los trabajadores del sector que
ya existía una Sección de Tipógrafos en la Internacional (AIT). Sus palabras fueron ignoradas. Ambos eran
tipógrafos y miembros de la Asociación Internacional de Trabajadores, de
influencia marxista el primero y bakuninista el segundo.
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Anselmo Lorenzo |
A
instancias del diputado a cortes Eduardo Benot, se dispuso la creación de una
imprenta colectiva, propiedad de la asociación, con el fin de emplear a los profesionales
del gremio en paro y recaudar fondos. Sin embargo, económicamente resultó ser
un desastre y no se consiguió colocar a todos los obreros tipógrafos desempleados. El fracaso más estrepitoso resultó ser el anhelo de cordialidad y
armonía entre obreros y patronos. Estos
últimos ninguneaban a la asociación, no acudían a las reuniones que se
convocaban para debatir sobre los jornales y las condiciones de trabajo y
cuando lo hacían era para decirles que más valía dejarse de reuniones y ponerse
a trabajar.

La
toma de conciencia es un proceso en el que los trabajadores aprenden por propia
experiencia. No obstante, cuando se fertiliza al movimiento con ideas y teorías
correctas, llega un momento en que al calor de los acontecimientos comienzan a
germinar las semillas que en un momento dado fueron
lanzadas en lo que en principio parecía ser tierra yerma. Es entonces cuando los trabajadores
comienzan a extraer conclusiones. La huelga resultó ser un éxito, conduciéndose
los tipógrafos tan valerosamente que Iglesias no se contentó con escribir
elogios de aquella lucha en “La Emancipación”, sino que, en fecha 4 de mayo de
1873, ingresó en la Asociación General del Arte de Imprimir.
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Pablo Iglesias |
El
10 de mayo de 1874, Pablo Iglesias fue elegido presidente de la Asociación del
Arte de Imprimir. Reunió al resto de la directiva para declararles su propósito
de no aceptar el cargo. Opinaba que éste debía ser desempeñado por un hombre a
quien los años,
la conducta y la superioridad profesional por todos reconocida diesen verdadera
autoridad y respetabilidad, y él se veía así mismo como un muchacho, un joven
idealista lleno de entusiasmo y buenas
intenciones, pero nada más. La respuesta
unánime fue que Iglesias tenía el deber de dirigir la asociación con la autoridad que le daban los sufragios de los
asociados y
que, en todo caso, si se obstinaba en renunciar, se le respetaría, pero eso implicaría el
desquiciamiento total del organismo. Iglesias aceptó la presidencia. Contaba por
aquel entonces con veintitrés años.
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Placa conmemorativa fundación PSOE |
En aquella primera
dirección marxista de obreros tipógrafos en la Asociación del Arte de Imprimir se encontraba el germen de
lo que poco más tarde se convertiría en el Partido Socialista Obrero Español.
Fue el 2 de Mayo de 1879, en la taberna Casa Labra de la calle Tetuán de Madrid.
De los 25 asistentes a su fundación, dieciséis de ellos eran tipógrafos, entre los que se encontraba el propio Pablo Iglesias, junto
a cuatro médicos, un doctor en ciencias, dos plateros, un marmolista y un
zapatero. Iglesias insistió en que la palabra Obrero debía figurar junto a la de Socialista, para dejar constancia del carácter de clase del partido. En el manifiesto fundacional se proclamaba la abolición de la
propiedad privada de los medios de producción y la consecución del poder por la
clase trabajadora hasta conseguir su completa emancipación,
es decir, la abolición de todas las clases sociales y su conversión en una sola
de trabajadores libres e iguales, honrados e inteligentes.