lunes, 20 de septiembre de 2010

Prefacio para En el programa de la Internacional (Por Martín Moreno)

En la actualidad nos enfrentamos a la conocida como Gran Recesión, una de las crisis más profundas y largas del sistema capitalista. El verdadero rostro del capitalismo, el horror sin fin en todo el mundo va quedando al descubierto. Los quince años de crecimiento económico vividos en los países capitalistas avanzados parecen un sueño. De forma súbita, todo ha devenido en su contrario, mostrando el verdadero rostro y los intereses de los capitalistas, apagados los fuegos de artificio.

Vivimos la aplicación del programa del capitalismo. Para hacerle frente, necesitamos abrir el debate sobre los puntos concretos de un programa alternativo al sistema capitalista, un programa auténticamente socialista. En torno al programa se forja una unidad obrera y la acción ofensiva. No hay espacio para el pesimismo o el derrotismo. El movimiento se demuestra andando. Un programa común, miles de banderas, una Internacional, tal es la dialéctica necesaria de la transformación de la sociedad en nuestros días.



Un programa nunca puede ser un absoluto, es una aproximación, abierto al debate democrático, ampliado de forma permanente, con una idea fuerza: la unidad en la acción.



Uno de los objetivos de un programa revolucionario es construir unidad y organización. Da repaso a las demandas históricas pendientes de nuestra clase, y en este devenir incluye las nuevas demandas que los tiempos sitúan en el orden del día revolucionario.



El derrumbe de los estados obreros degenerados bajo control burocrático en la antigua URSS y Europa del Este, junto al proceso de retorno al capitalismo en China propició en la década de los 90 del siglo XX y en la primera década del siglo XXI un fenómeno en los países capitalistas avanzados caracterizado por un retroceso ideológico, confusión y perplejidad en la izquierda que no tenia claridad acerca del estalinismo, que no había extraido las lecciones, y que por tanto se hallaba sumida su dirección en un proceso de adaptación a la situación nacional propia. El internacionalismo proletario, las tradiciones combativas de lucha, la movilización como método de acción sufren un retroceso severo durante este periodo. La socialdemocracia es dejada con las manos libres para aparecer a los ojos de las masas como supuesta “verdad” de que la revolución social no es necesaria. Es el espejismo del triunfo de la reforma, el supuesto segundo entierro, esta vez teórico de Rosa Luxemburgo, defensora de la Revolución Socialista. El mundo unipolar, el fin de la historia, el pensamiento único es la propaganda de clase dominante que es bombardeada constantemente por los mass media. Ante ella, la izquierda revolucionaria cuenta con pocas fuerzas, dispersas, poco enraizadas en la clase y con un discurso que muy pocas veces logra conectar con los trabajadores. Se trata de un lenguaje de iniciados y de unas actividades de capilla que no logran frenar el huracán de la propaganda burguesa. Una parte de los dirigentes de los ex partidos comunistas, y sus diferentes agrupamientos, caen en el parlamentarismo, la mera “presión” verbal y un discurso pesimista de “no se puede hacer más, la clase no responde”. Un periodo que podemos ubicar, con sus alzas y retrocesos, desde 1995 a 2010 en buena parte de Europa, principalmente. La Gran Recesión, crisis económica iniciada en 2008, y sus efectos en la conciencia, que en realidad apenas empezamos a percibir, están produciendo cambios decisivos en el proceso de toma de conciencia de las masas, dialécticamente fluctuando entre el miedo y el enojo, a la vez que acelerándolo, no en forma mecánica. Un obstáculo a vencer en la situación es todavía el miedo a movilizarse de muchos trabajadores por temor a perder su puesto de trabajo.



Las seis huelgas generales en Grecia, las que se han producido en Francia, este mismo 7 de septiembre, las demostraciones de masas en Letonia, Lituania, las combativas huelgas en Rumanía, los millones de manifestantes en Italia, las movilizaciones históricas en Lisboa y resto de Portugal, en México, en South Africa, en Honduras....son señal inequívoca de que los tiempos han cambiado. Estamos, ahora sí, en una nueva fase de la lucha de clases, en una nueva etapa histórica, un nuevo periodo. Todos los análisis anteriores eran meras anticipaciones.



Otros materiales habrán de abordar a fondo la historia y el hilo continuador ininterrumpido que va de la I Internacional a este momento histórico, albor hacia la construcción de la V Internacional, sea cual sea la denominación con la que posteriormente pase a la Historia. Será sólo el reflejo necesario del factor subjetivo mundial, que una en la teoría por medio del debate internacionalista y en la praxis por medio de la acción conjunta, rompiendo en la lucha las fronteras nacionales, golpeando juntos el mismo día a la misma hora, como unión de hermanos proletarios. La unidad desde abajo en torno al programa y la unidad en la acción de las organizaciones de izquierda revolucionaria es imprescindible para enfrentar al capitalismo en su fase de imperialismo militar y financiero, de invasiones en Irak y Afganistán, Plan Colombia, Plan Mérida, desembarco en Costa Rica, golpe de estado en Honduras......La militarización en sí del planeta, los marines por todo el mundo como nuevos emulos de las legiones romanas, no muestra su fortaleza sino su debilidad. Todo Imperio se siente eterno, todo sistema social dominante se percibe atemporal. Todos acaban por fenecer.



En oposición, la fuerza de nuestra clase en la unidad creciente, es superior a la imagen que se refleja en nuestras mentes. El cerebro tiende a ser conservador. El 29 de septiembre de este 2010 ayudará a la comprensión y mayor claridad, consciencia sobre el proceso, con una movilización mundial sin precedentes en forma de Huelgas Generales, demostraciones, paros, jornada de acción continental como en Europa, formas todas ellas y expresiones a su vez de lo que denominamos Huelga General Mundial.



Estudiar la realidad, trabajar por la unidad, intervenir en las organizaciones de masas políticas, sindicales, urbano populares, culturales donde se expresa nuestra clase son tareas inexcusables para un revolucionario, provenga de la tradición socialista, comunista, anarquista o trotskista.



Huyendo de la rutina, y de la esquematización, de la fosilización de las ideas, debido en buena parte a su no suficiente puesta a prueba en la arena real de los acontecimientos y las luchas, sin posibilidad por tanto de ratificar o rectificar, lograremos ir construyendo el poder popular desde abajo en todas las organizaciones y en todas esas formas de organización socialmente caduca, a extinguir, que representan los estados-nación.



Estados Unidos, el poder imperialista más poderoso que ha conocido la historia de la humanidad, tanto en términos económicos como militares, busca no extender su hegemonía sino mantenerla, pues el mundo que les importa a los imperialistas, no un atolón del Pacífico, digamos, ya se encuentra repartido. Mueve posiciones para cercar el Sudeste Asiático, a China, Rusia y La India, sin ver que con todo su poder en términos cuantitativos y militares, el principio de su fin. Su mayor enemigo se encuentra al interior de sus fronteras y en la más inmediata de sus vecindades: el México siempre revolucionario: La poderosa clase obrera USA, dentro de la cual la minoría latina, y especialmente de origen mexicano crece a ritmo elevadisimo, como si pretendiera recuperar por otros métodos lo que perdiera Santa Anna. Marx lo profirió con maestría: el capitalismo engendra a sus propios sepultureros.

Estados Unidos no puede lograr un sola victoria militar desde Corea y Vietnam. Toda aventura militar que emprende no es mas que un nuevo Vietnam. En 2002, en Venezuela, el pueblo organizado derrotó por primera vez en la Historia reciente un golpe de estado entre bastidores de EU, con el apoyo de la Unión Europea, en un hecho sin precedentes en América Latina. Lejos de victorias, el imperialismo enfrenta la oposición organizada a nivel regional, como el UNASUR, el ALBA y la unión defensiva de varios ejércitos de países de América del Sur, que podría parecer una idea impensable hace apenas una década o menos tiempo. Todos los movimiento tácticos del imperialismo recientes desde el golpe de estado en Honduras, las bases en Colombia y Panamá, Costa Rica como nuevo portaaviones en la zona, buscan frenar la expansión de la revolución bolivariana, ese sueño de Bolívar de una América Latina unida desde el Rio Bravo a la Tierra del Fuego y las estaciones latinoamericanas, chilenas y argentinas, de la Antártida, lo que representaría el ocaso de la Doctrina Monroe. Podemos estar asistiendo al principio del fin de la concepción de América Latina como un patio trasero del imperialismo USA, que tan querida le es a ciertos académicos estadounidenses y cipayos latinoamericanos. Los fraudes en México, en Perú, el simulacro electoral en Colombia, el desembarco de marines en Haití aprovechando la circunstancia trágica del terremoto son parte de la agenda por la hegemonía del imperialismo y un vano intento de frenar el proceso de ascenso y extensión de la revolución en todo el continente.

El capitalismo pretende aprovechar la crisis para un nuevo proceso de acumulación de capitales. Eso significa conquista directa por medios militares de territorios ricos en energéticos, minerales, materias primas, desde la Amazonia del Brasil, a las montañas y llanuras de Afganistán, las tierras de Irán, o naciones africanas. Nada de esto puede evitar la crisis de sobreproducción, expresada actualmente como una crisis de sobrecapacidad. Sus efectos inmediatos, visibles cada vez más en formas mas crudas e inhumanas, son más pobreza y extrema pobreza, más desempleo, más flujos migratorios por supervivencia, mas violencia, más tendencia a la concentración del capital si la revolución no pone remedio, mas proletarización de la clase media y más pobretización de la clase obrera, peligro de capas de la clase cayendo en la lumpenización ante la debacle social, con altos niveles de descomposición corrupción y violencia del sistema capitalista. La unidad de los trabajadores del mundo es un proceso socialmente necesario en relación directa a los derechos arrebatados a los trabajadores por las contrareformas y privatizaciones capitalistas. Hoy está más viva que nunca la proclama de “Proletarios de todos los países, unánse”.

No podemos perder de vista el objetivo central: la Revolución Socialista Mundial. Ni la acción necesaria: la unidad de los trabajadores. Ni olvidar el método: exponer nuestros postulados políticos, sin escindirnos a cada momento por la falta de una coma en el texto, o expulsar a los ya expulsados anteriormente, en el colmo del absurdo, movernos en los terrenos de la enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo, en palabras de Lenin

Es necesario evitar que los árboles no nos dejen ver el bosque, tener sentido de la proporción, paciencia histórica, y también sentido del humor.

Es un deber analizar y dar su papel muy importante, en particular en América Latina, a los movimientos sociales revolucionarios. En sí, algunos partidos que representan a la izquierda latinoamericana, en realidad son más partidos-movimiento, que formas organizativas tradicionales como se ve en los partidos de la izquierda en Europa. En todo caso una V Internacional, como un elemento nuevo en la situación en relación a sus antecesoras, debe darle el papel justo que merecen a los movimientos sociales, y por tanto poder formar parte de sus filas, más allá de un Internacional estrictamente sólo de partidos políticos. El mismo razonamiento contiene validez en relación a las formaciones sindicales organizadas de clase.

La Comuna, como poder, es la forma de estructura que contiene el poder popular como expresión organizativa de los deseos del pueblo trabajador. El doble poder puede adquirir otras formas organizativas y de coordinación como demostró la mexicana Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), durante la insurrección local de 2006 en los acontecimientos de la Comuna de Oaxaca. Hoy, Venezuela avanza en el poder popular, estableciendo la estructura comunal del poder popular.
Vivimos un nuevo periodo con elementos revolucionarios, con un ritmo más avanzado y desarrollado en AL, aunque desigual y contradictorio, en forma dialéctica, como no podía ser de otra manera; y su epicentro en Venezuela y AL. Mientras en Europa se habla apenas de Huelga General, en América Latina se discute de Revolución, proceso en marcha en Venezuela. Ningún país del mundo, salvo Cuba,Venezuela,y países con gobiernos revolucionarios, quedan fuera del proceso de huelgas generales. La lucha de clases “pacifica” y lenta del pasado se transforma en convulsa y más veloz guerra de clases. Nuevas luchas se producen, surgen nuevos gobiernos populares. Con ello se enriquece la experiencia práctica, y por ende se nutre la teoría de nuevos desarrollos, a los que desde América Latina se está aportando de forma destacada. Al fin y al cabo, el marxismo es una teoría viva, en desarrollo, no la repetición esquemática de citas o o la simple analogía con otros momentos históricos.

La V internacional ha de pretender la unidad bajo la bandera y el programa del socialismo,la unidad de los trabajadores y del pueblo explotado y oprimido. Si el capitalismo es internacional, cuenta con sus organizaciones y brazos internacionales, tanto financieros, políticos, militares la lucha y el nivel de organización de los trabajadores también tiene que tener una dimensión internacional. Ni una lucha aislada más, ni una lucha general que se quede en las fronteras nacionales urdidas por el capitalismo es un objetivo a lograr.

Las organizaciones de los trabajadores no están en crisis. Lo están, en todo caso,sus dirigentes, sus perspectivas, sus métodos de acción y en ocasiones, su programa. Esta idea fundamental debe ser comprendida, del mismo modo que los trabajadores en el cartismo de inicios de la Revolución industrial, destruían erróneamente las maquinas, demostrando el atraso de su comprensión política, en vez de tomar el control obrero de la maquina y de su producción, ocupando las fábricas.

Los que no cejamos en el empeño de la construcción de una V internacional, contra la conspiración de silencio de los mass media y la propaganda contrarrevolucionaria, reaccionaria, de los medios al servicio de la burguesía, proclamamos la necesidad del uso intensivo de todos los medios para romper el cerco mediático, en particular, el uso intensivo de Internet, la mensajería, las redes sociales como Facebook, radios y TV o­n line y agencias de noticias alternativas ¡Un hombre, una mujer, una conexión! Si millones de revolucionarios de todo el mundo, la gran mayoría podemos contamos con acceso a la Red la única solución que le quedaría al sistema capitalista para censurar es cerrarlo. Y con tal cyberfuerza conectada se estaría en posibilidades de sustituir Facebook por una Redbook o Messenger por un RedMessenger.....

Siempre se trata más de ser consecuente que original. El sujeto revolucionario sigue siendo la clase trabajadora, que es mayoritaria en los puestos de trabajo y en la sociedad,con ropa de trabajo azul o con camisa blanca, con un arado o el monitor de una computadora, con un uniforme de McDonald's o el teléfono de un call center en la mano.

Es deber de toda Internacional revolucionaria llamar a todos los trabajadores y jóvenes del mundo a luchar por la trasformación de las organizaciones donde se expresa la clase obrera. A luchar por el programa de la Revolución contra el Programa de la Reforma; a que sea predominante la movilización y no la negociación; a que se sustituya los opresivos regímenes internos de “pensamiento único”, bajo la pueril excusa de la seguridad o de la homogeinización, por el debate libre, democrático, critico y amplio sin temor a ser difamado, tergiversado, excluido o expulsado, sin que ante la falta de argumentos se recurra a medidas administrativas, reflejo de la impotencia teórica. El fin no justifica los medios. En los medios usados debe reflejarse la esencia del fin. Basta ya de infantilismo político en la izquierda revolucionaria. ¡Es la hora de la lucha unitaria en todo el mundo!

En el programa de la Internacional (Por Martín Moreno)

De la I hacia la V Internacional

Una organización revolucionaria, una Internacional, es ante todo ideas correctas, perspectivas aproximadas y condicionales, métodos sanos con democracia interna junto a un programa de clase, que recoja la experiencia y generalice las reivindicaciones pendientes, para ir elevándose hacia la revolución socialista. A la par, una táctica y estrategia independiente de clase y sólo después una herramienta organizativa para llevar a termino el objetivo de la revolución. No cualquier revolución: la Revolución Socialista Mundial. El socialismo es internacional o no será.

Una Internacional de los trabajadores es la agrupación de los elementos organizados más avanzados de la clase. Una herramienta que permite la acción simultanea, golpeando juntos el mismo día y a la misma hora en todo el mundo. En su teoría, generaliza la experiencia del movimiento obrero. En su programa, condensa las necesidades y reivindicaciones pendientes que unen a la clase obrera a nivel mundial. Marx no podía encabezar el Manifiesto Comunista más que con la inmortal leyenda: “Proletarios de todos los países, únanse!


La teoría es una guía para la acción. El programa es la acción misma, energía teórica transformada en acción. Sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario. Sin praxis, la teoría se convierte en estéril. La Internacional es el órgano superior de acción. Es la fuerza concentrada de nuestra clase en el pistón en movimiento de la lucha que avanza hasta el objetivo: el socialismo, la democracia obrera, en todo el mundo.

La V Internacional, más allá de su forma organizativa, aún es una idea, hija de la necesidad, que se ha apoderado de millones de mentes y corazones de trabajadores y jóvenes en todo el mundo. Ahora, al enarbolar la bandera de la Huelga General Mundial, vuelven a levantar la enseña de la causa revolucionaria.

La consigna de Asamblea Constituyente Revolucionaria, proclamada en su momento por la IV internacional mantiene toda su vigencia. La Venezuela bolivariana ha demostrado como en un cierto estadio de movilización y organización de las masas, bajo las consignas de la democracia revolucionaria, surgen las formas de organización del poder popular, comunal.

Imperialismo: bonos y bayonetas

El imperialismo es la dominación del capital financiero con bonos y bayonetas. Siguiendo a la IV internacional, la V no se pronuncia por la nacionalización (burguesa) de tal o cual empresa o banco, “rescates” que consisten en una verdadera socialización de las “pérdidas”. El “socialismo de Obama”, con toda su dosis de ironía, es un engaño, no es otra cosa que una socialización de las mal llamadas “pérdidas” mientras los beneficios, vía rescate, se mantienen privatizados. La V internacional, llegado el momento de su constitución, deberá pronunciarse por la expropiación sin indemnización en ningún caso, entendido previo de que los pequeños ahorros, fruto del esfuerzo en el trabajo y depositados en bancos, no van a ser nunca confiscados por el gobierno revolucionario.


La “expropiación de los expropiadores”, en palabras de León Trotsky, tampoco significa la confiscación de los pequeños comerciantes y artesanos, La expropiación bajo control obrero de la banca ofrecerá crédito suficiente y barato, bajo control del estado, a su vez, bajo control obrero.

Además de poner fin al caduco sistema capitalista, con lo que conlleva de poner fin a las fronteras nacionales, al Estado-nación, y a la propiedad privada de los medios de producción, la tarea central de la Internacional en América Latina, África y Asia es liberarse de la opresión del imperialismo. No sólo del estadounidense. En nuestros días el imperialismo es global, es el imperialismo de los pocos centenares de consorcios que dominan la economía mundial. El ataque a los trabajadores para explotarlos y a las naciones que no se alinean el imperialismo, es uno, global, suprimiendo para la clase de los capitalistas las fronteras nacionales. El capital tiene fronteras abiertas mientras la movilidad de trabajadores las encuentra cerradas. El golpe de estado en Honduras no fue un producto exclusivo de la oligarquía hondureña, ni siquiera sólo del imperialismo estadounidense. Fue un verdadero golpe de estado del imperialismo global. ¿Acaso Europa, en forma sumamente hipócrita, no participó?


A diferencia de los años 30, hoy el fascismo, incluso en Europa y pese a resultados electorales una vez en Austria, otra en Holanda o en Francia o Italia, no logra ser un movimiento de masas (a pesar de la bancarrota del mal llamado reformismo). La borrachera de la clase media europea con el ideario del fascio pudo ser propiciada por una condición determinante: la capitulación de la II y III Internacional, la derrota del proletariado revolucionario alemán y la no extensión de la revolución socialista a toda Europa. Hoy esas condiciones no existen. El proletariado encabeza luchas heroicas y huelgas generales en Grecia, y la izquierda gana las elecciones en Francia, movilizándose junto a los sindicatos. Los trabajadores de Europa entera saldrán unidos a protestar en las calles el 29 de septiembre en un European Day of Action verdaderamente histórico. Todavía no hay un giro histórico determinante de Europa hacia la derecha. El proceso de movilización de las masas hacia la izquierda se encuentra en sus inicios, sin posible reflejo, por ahora, en gobiernos revolucionarios como sucede en América del Sur, en particular.



En todo caso, en política es un error, muchas veces con consecuencias trágicas, el hecho de confiarse. La naturaleza no conoce el vacío. Hoy la ex URSS, desde la degeneración de la Revolución de Octubre, con el ascenso al poder de la camarilla burocrática que puso como líder a Stalin, es un estado que restauró el capitalismo. Esta fue una de las perspectivas condicionales que brillantemente León Trotsky y la IV Internacional trazaron desde los años 30.Irán es un estado teocrático, para nada un ejemplo ni de socialismo (nunca se ha definido como tal) ni de democracia. China es un estado en el proceso de restauración capitalista, con una parte importante de su economía todavía estatizada, conviviendo con el fenómeno del surgimiento de miles de millonarios. La revolución socialista y la democracia obrera se encuentran como tarea pendiente en todos estos países. Caso distinto y particular es Cuba, donde tenemos el proceso de una revolución realizada por el mismo pueblo, no impuesta desde afuera, a pesar de la existencia de una burocracia, o más correctamente, de diferentes alas burocráticas en pugna, situación reconocida y combatida por el propio Fidel Castro.



Ante un ataque armado del imperialismo a Cuba o Venezuela todo nuestro apoyo, no exhento de matices y disensos. Es un apoyo crítico. El mismo apoyo al pueblo iraní ante cualquier agresión imperialista-sionista, sin que eso signifique para nada un apoyo al régimen de Teherán ni el abandono de la lucha por la Revolución Socialista en Irán. Que quede bien claro esta cuestión, en la que se prodiga tanta demagogia. Por cierto, allí donde la izquierda renuncia a la verdad, la derecha entra, ocupa el espacio vacío, enarbolando, o más bien, golpeando, con la realidad, cumpliendo aquel viejo adagio de “no hay peor mentira que una verdad a medias”. Es la demagogia de la realidad.



El proceso de la Revolución



No puede olvidarse que la restauración capitalista en los casos de la ex URSS y China no provino de una invasión o derrota ante fuerzas imperialistas o capitalistas externos sino por la acción de un ala de la burocracia que se convirtió de nomenklatura en los nuevos burgueses, elevando sus privilegios de la categoría de casta a la de clase.



Viejo sueño de Bolivar, la unidad de América Latina, hoy sólo es posible bajo la forma de Federación Socialista de los Pueblos de América Latina y el Caribe, como un primer paso hacia la Federación Socialista de las Américas y una Mundial. Con las masas en acción surgen las formas de organización del poder popular, comunal, la equivalencia de los históricos soviets en la revolución rusa o las juntas revolucionarias ibéricas.



Las particularidades en cada proceso revolucionario (necesariamente “nacional” en la forma y con un contenido internacionalista en sí) y su ritmo de desarrollo están marcados no tanto por el grado de atraso de esa nación sino por el retraso de la clase trabajadora organizada en conformar organizaciones unidas de acción a nivel superior. Este proceso viene determinado por la crisis histórica de la dirección del proletariado. El viejo topo de la revolución continúa el hilo ininterrumpido de la revolución permanente.



Las consignas meramente democráticas serán desbordadas, las formas organizativas, que corresponden al estadio inferior (el estadio democrático inicial en el mejor de los casos) de la transición hacia el socialismo, serán superadas. La cuestión que el programa aborda y refleja no es relativa al régimen de gobierno (democracia o dictadura) sino al tipo de sistema social (capitalismo o dictadura del capital versus socialismo en democracia obrera).



La movilización revolucionaria de la juventud es una bandera de la V Internacional, como lo fue de las que la precedieron. Por ello luchamos por el voto universal a los 16 años. Si un joven es considerado lo suficientemente adulto para poder ir a la cárcel o morir en un campo de batalla, también debe serlo para ejercer el derecho de votar y otros derechos fundamentales.



Las masas sólo pueden confiar en su poder popular organizado, en su fuerza como clase revolucionaria. Muchas veces la ocupación de fábricas es el aviso que los trabajadores dan a los “dirigentes” de que la hora de la revolución social se acerca, o de plano, ha llegado ya. Esto produce cambios en la conciencia, que en sí no son ni tan bruscos ni tan repentinos. Viene precedido de un conjunto de convulsiones y se desarrollan hacia la revolución, abriendo a su vez la posibilidad de negación de la contrarrevolución, como un choque real de fuerzas vivas. La esencia de la lucha de clases se dirime en varios enfrentamientos decididos por la correlación de fuerzas.



Una situación revolucionaria nunca es un mero día, un instante, ni un mes. Es un proceso, con un periodo de tiempo suficiente para que haya varias oportunidades (puntos de inflexión) donde la situación vaya decantándose en un sentido o en otro, revolución o contrarrevolución. De igual forma el surgimiento de una Internacional nunca ha sido históricamente cuestión de meses sino mas bien de años. La Tercera Internacional tardó en nacer desde la Conferencia de Zimmerwald en 1915 hasta 1919, y la IV Internacional, desde 1933 hasta 1938, en distintas aproximaciones sucesivas. La V internacional, apenas tiene pocos meses de ser proclamada su necesidad como mensaje en una botella, de ser alumbrada la idea. Está en gestación. Es y existe virtualmente, porque esa Idea se ha ido apoderando de la mente de trabajadores en todo el mundo, y cada día se propaga como un fuego, como reflejo de una necesidad material. La idea, fiel reflejo de la necesidad de millones de obreros de la causa revolucionaria de todo el mundo ha sido echada a volar. Nadie puede detenerla ya. Se abre paso desde las luchas de Gaza hasta la última recamara obrera del mundo, desde la piedra ante el tanque en la Intifada al mail convocante.



Guerra e imperialismo



La cuestión de la guerra, en nuestros días, a diferencia de la época de las II, III y IV Internacional, no se trata de una guerra interimperialista, sino más bien la guerra del imperialismo contra pueblos oprimidos, como Irak o Afganistán, por el control de recursos energéticos y naturales. Tienen puesto el punto de mira en los países con mayores reservas energéticas y minerales: Irán, Venezuela, Bolivia (litio), México….No significa que el peligro de la guerra nuclear haya desaparecido para siempre,como hemos alertado correctamente y Fidel Castro lo ha situado en la agenda mundial. Sólo será posible eliminar la amenaza de una hecatombe, producto de un “invierno nuclear”, bajo el socialismo en democracia obrera. Mientras tanto, cada acontecimiento en el Pérsico o la península de Korea nos recuerda este trágico peligro latente. Es una espada de Damocles real que pende sobre la humanidad, no se trata de ninguna película de ciencia ficción.



La guerra mundial de nuestros días es guerra de clases más que nunca. Con las 7 bases en Colombia, las existentes en Panamá, y las Antillas Holandesas (Aruba y Curazao) , junto a los planes para instalarlas en Brasil y Perú, más concretamente en la Amazonia, zona que sin pudor algunos libros de texto de 6º Grado en Estados Unidos presenta como “zona internacional”, alertándonos de los planes imperialistas.



El deber de los trabajadores del mundo es ayudar a los países oprimidos a liberarse del yugo del imperialismo. Ya no quedan casi colonias, tal y como existían en el siglo XIX o XX aunque persistan anacronismos, incluso en el propio suelo de Europa. Hoy la lucha por librarse del imperialismo es más que nunca una lucha por librarse del capitalismo.



El poder popular



El poder popular al organizarse desde abajo, de forma democrática obrera, unifica en la lucha a distintos sectores en lucha y diferentes capas de la clase.



Las formas de poder popular, equivalentes modernos de los soviets, a priori no se vinculan a ningún programa, sus puertas están abiertas a todos los explotados. Si se concluye y acuerda que el programa es el del marxismo debe ser fruto de un amplio debate, de las lecciones extraídas por la experiencia en la acción, de la aceptación ampliamente mayoritaria de esa línea política. El programa de la Internacional no puede ser imposición desde arriba, lo que abriría un resquicio para el burocratismo, ni verse como irrelevante.



En un proceso de lucha en un estado burgués, donde algún ala de la burguesía detenta el control del aparato estatal, el doble poder es alternativa revolucionaria. En un proceso donde en el poder se encuentra un gobierno que decide caminar en una transición hacia el socialismo, o en liquidación de las estructuras capitalistas, como es el caso ahora de Venezuela, el doble poder es esencialmente poder, y en este proceso también hay formas de desarrollo desigual que se combinan.



La V Internacional, como lo hicieron sus antecesoras, lejos de eludirlas, moviliza por consignas democráticas. Niega igualmente la separación entre un programa mínimo (las reformas) y un programa máximo (las medidas revolucionarias). No entiende ni se centra en las reformas como un fin en sí mismas, al modo del reformismo clásico socialdemócrata, sino en forma de puentes que enlazan con las medidas revolucionarias correspondientes a la transformación socialista de la sociedad. Sólo así es posible elevarse hasta el horizonte de la revolución, partiendo de lo concreto en la lucha. Cuando un movimiento asume un carácter de masas, las consignas democráticas son desbordadas desde abajo por la acción de la clase. Y se entrecruzan con las transicionales.



Muchos obreros con uniforme, llegada la hora de la verdad, se encontrarán siempre a nuestro lado en la barricadas. A ellos, todo programa de una Internacional digno de tal nombre, debe prestarles una singular atención. Los acontecimientos, que en primer lugar en América Latina, siguen girando decididamente hacia la izquierda día con día, son el punto de partida para la acción, no para comentar la revolución en guerrillas de café.



El programa de la Internacional revolucionaria, como antes lo hicieron los de la III y IV Internacional, huye de la vieja trampa de separar un programa mínimo y un programa máximo. Las perspectivas parten de lo general a lo concreto. El programa, de lo concreto a lo general. El programa de la Revolución es un organizador colectivo, más allá de cualquier organización constituida en particular. No se trata tan solo de conquistar tal o cual punto programático sino de mantenerlo, de convertirlo en permanente. En último caso, una sociedad comunista, una vez abolidas las clases sociales, lograría este fin. Mientras tanto, la lucha es diaria,permanente. Siempre hay que volver sobre la posición conquistada y reafirmarla.



Engels en la Tesis XI sobre Feuerbach plantea la esencia de la tarea por delante: “Los filósofos se han dedicado a interpretar el mundo, de lo que se trata es de transformarlo” Realmente, en el principio no fue el verbo sino la acción.



Aunque un paso adelante del movimiento valga mas que mil gramos de teoría, la teoría siempre es fundamental. Sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario, recordaba Lenin. La teoría es la generalización de la experiencia histórica, la superioridad de la previsión sobre la improvisación. La consecución de un solo punto del programa por si mismo genera organización y confianza a la clase en sus propias fuerzas, lo que en nuestra América Latina queda expresado en el slogan ya universal: “Sí se pudo”.



El programa revolucionario es la teoría de la experiencia del movimiento sintetizada en puntos para la acción. Nadie puede pretender seriamente tener una especie de copyright del programa revolucionario. De hecho, un programa revolucionario surge del movimiento, que lo destila sintéticamente en un trabajo colectivo, para que se convierta con la propaganda, la agitación y la dura escuela de la lucha de clases en la bandera de acción de las masas.



El programa es eje central para la unidad en la acción y para la unidad orgánica, incluso a través de la fusión o confluyendo en algo nuevo, de las organizaciones hoy dispersas, fraccionadas o sometidas a estrechos horizontes nacionales, sin una actividad práctica internacional más allá de la solidaridad. Una unidad de acción a un nivel crecientemente más elevado: la Internacional, o elementos de doble poder como Asambleas del Poder Popular en Oaxaca, México, durante 2006, formas comunales de poder popular.



Para una Internacional que ha de nacer intentando retomar y recuperar todo lo que hubo de revolucionario y sano en las cuatro anteriores, unos pocos meses son polvo entre las manos, no es nada de tiempo. El periodo transcurrido desde noviembre de 2009 es muy poco. Harán falta mas encuentros, más nivel de organización, más previsión y no olvidemos que la teoría es la superioridad de la previsión sobre la improvisación, material a disposición de todos los participantes con tiempo suficiente para leerlo, preparar intervenciones y enmiendas, incluso más luchas y movilizaciones internacionales.



La elaboración de un programa revolucionario es necesariamente colectiva. Ningún programa revolucionario puede tener la pretensión de ser elaborado de una vez para siempre, es una aproximación que generalmente sirve para una época o etapa histórica, en constante enriquecimiento y renovación con las aportaciones desde todos los rincones del mundo. No puede ser repetido mecánicamente en la actividad o la prensa de difusión, con lo que deja de ser discutido, actualizado, y de ser vivo se convierte en muerto, de dialéctico en mecánico, queda, pues, mellado su filo revolucionario. Su naturaleza es inacabada, sometido a debate constante y enriquecido.



Comprender el marxismo es desarrollarlo desde una fase inicial de aproximación, a una “creación viva, original”, en palabras del marxista peruano Mariátegui. Con un sentido permanente de la proporción entre ser consecuente y ser original.



La clave es generalizar el programa en lo concreto. Que todos se puedan sentir identificados y a la vez que todos vean en ese punto la reivindicación pendiente de su problemática concreta. Por eso hay el Programa general de una Internacional y los programas con sus puntos reivindicativos de cada frente en lo particular.



La lucha contra la burocracia



La lucha contra la burocracia no debe incluirse sólo en los métodos de una organización internacional revolucionaria sino hallar su espacio también en el programa. Igual que existe un programa para el “exterior” debería existir un programa para el “interior”. Se puede aducir que los estatutos o una declaración de Principios podrían jugar ese papel. Por experiencia se sabe que tanto uno como otro suelen dormir el sueño de los justos en casi todas la organizaciones, por no decir en todas. En realidad nadie suele acordarse de ellos hasta que se producen problemas. Y tampoco se puede construir ninguna organización seria y sana a golpe de estatutos, usados como armas arrojadizas de fracciones o agrupamientos en pugna. Ningún estatuto asegura contra una degeneración burocrática, el mal du siècle de la izquierda mundial. La única salvaguarda es la formación política de los cuadros, para que de entre ellos, se mantenga viva la semilla.



Por tanto, erradicar la burocracia es una reivindicación programática a conseguir por una Internacional. La burocracia al interior de las organizaciones obreras es un verdadero cáncer que ha degenerado organizaciones y dado al traste con revoluciones en el pasado. Contaminados por su adaptación al medio de la comodidad burguesa, su línea de menor esfuerzo y resistencia, con la idea principal de mantener sus prebendas, estatus, y “tranquilidad”, insuflados por el veneno del prestigio, pugnan por el inmovilismo y ahogan las criticas compañeras a las que temen mortalmente porque fundamentan su posición no en el convencimiento y superioridad de ideas o autoridad política sino en el prestigio y la infalibilidad de todas sus decisiones, arropadas en una escenografía de discursos grandilocuentes, puestas en escena y fuegos fatuos, inversamente proporcional a su menor enraizamiento en la clase. Conquistar el punto programático de erradicar la burocracia es tan fundamental o mas que conseguir el resto de punto del programa. Incluso, sin esta victoria las demás, todas, se encuentran en serio riesgo.



En ese sentido, Lenin planteó toda una serie de condiciones contra el peligro de burocratización, esenciales para una democracia obrera: 1) Cualquier cargo o puesto de responsabilidad remunerado en el partido o la administración pública no debe ganar más del salario promedio de un trabajador calificado; debe ser elegido en asamblea democrática; debe poder ser revocado en cualquier momento por la asamblea que lo eligió; debe rendir por escrito y oralmente relación de sus tareas realizadas para poder ser controlado por las bases; debe acudir regularmente y participar en su célula o agrupamiento de base, debe militar y no vivir sólo en una oficina o en el parlamento; que los trabajadores se encarguen de las tareas administrativas rotativamente para combatir el surgimiento de una casta burocrática; que el pueblo esté armado; no hay razón de ser para los estados que propugnen la existencia de un partido único y un sindicato único, una rémora del pasado burocrático estalinista. Dentro de la Revolución pueden existir otros partidos, deben existir otros partidos, sino ¿cómo se reflejan las diferentes capas de la clase en su expresión político-organizativa?. Tras la Revolución Rusa, sólo fue prohibido el partido fascista Centurias Negras, armado contra la revolución y ejecutor de progromos; contra la burocracia fabril y en la producción, formación de comités electos de trabajadores, estudiantes, campesinos y soldados para tomar el control de la producción y de todas las partes del estado.

 
Hay que recuperar el internacionalismo, no como un sentimiento, como mera solidaridad, sino como acción, después de décadas de adaptación nacional del estalinismo, de las diferentes variantes de la socialdemocracia, del eurocomunismo…..Anteponer o partir de, más bien, lo colectivo a lo individual, lo internacional a lo nacional igual que el método del materialismo dialéctico parte de lo general a lo concreto y viceversa.

Es necesario elevar todos los cuadros a una visión internacional de la lucha. El mantenimiento en la visión estrecha de “lo nacional” nos impide comprender la dinámica del proceso revolucionario, limita la acción, no favorece la causa de la unidad de la clase trabajadora, debemos dejar de sentir como “extraños” a los trabajadores de otros países, los que “extrañamos” nosotros es a la burguesía, así sea de “nuestro país”, nos es ajena y enemiga de clase.

 
El programa será internacional cuando superemos el hecho de vernos como militantes de tal o cual sección o grupo nacional y seamos en la praxis, sintiendo y accionando, militantes de la Internacional que los nuevos tiempos en que estamos entrando necesariamente alumbrarán antes o después. Es otro estadio. Es, por otro lado, normal que esto cueste dado que esa experiencia práctica se ha perdido desde mitad del siglo XX, en realidad. Apenas iniciamos el camino de recuperar ese hilo histórico: la Internacional con carácter de masas. Una Internacional no es una suma de secciones nacionales. El todo es más que la suma de las partes. En realidad la frase de Marx que preside el Manifiesto Comunista: “Proletarios de todos los países, uníos” es una brillante anticipación de futuro. Hoy el futuro se está convirtiendo en presente.

Algunos puntos para un programa socialista.

 
•La V internacional se propone continuar la lucha por la erradicación de la explotación del hombre por el hombre, como antes lo hicieron en su fase revolucionaria, las cuatro internacionales que la precedieron. Será el cimiento sólido para la consecución del objetivo de una sociedad socialista, la extinción del estado burgués en todo el mundo, sentando las bases para la sociedad comunista, verdadera democracia sin estado.



•El carácter del programa de la V Internacional es antiimperialista, anticapitalista, por el socialismo en democracia obrera, internacionalista, y de la clase trabajadora.



•El programa de la V Internacional persigue el objetivo de la toma del poder político por la clase obrera en todo el mundo, utilizando todas las formas de lucha y organización que los trabajadores y pueblos del mundo decidan democráticamente darse.



•Abolición de todas las deudas, tanto externas con los organismos internacionales públicos o privados, como interna, contraída por la banca privada y grandes empresas. En otras palabras, a la abolición de la deuda externa, sí. A la renegociación, no. Cancelación inmediata de todo pago de la deuda, interna o externa, pública o privada. Así como de toda deuda producto de la especulación, como las deudas hipotecarias, inmobiliarias, que donde se debería tasar de nuevo el valor real en base a un criterio social de las propiedades como bienes de uso.



•El agua, la luz, no deben ser mercancía, son derechos y necesidades básicas universales de la humanidad, como el petróleo, la energía y los minerales. Y el aire, no se les vaya a ocurrir poner un impuesto por respirar....Deben ser bienes públicos bajo control obrero democrático y no puestos al servicio del lucro privado.



Empleo





•Contra el desempleo, reparto del trabajo entre todas las manos existentes. Reducción de la jornada laboral a 5 horas durante 5 días a la semana sin reducción salarial. Hay suficiente riqueza social para poder pasar de la prehistoria del trabajo a la historia, terminar con el trabajo alienado y sustituirlo por el trabajo socialmente necesario. Mayor tiempo libre permitirá desarrollar las propias inquietudes, mejor dicho, necesidades ( pintar, música, cursillos, desarrollo de las artes, voluntariado social....) lo cual redundará en una elevación general del nivel cultural de la sociedad. La ignorancia es un gran arma de la burguesía.



•Por un salario social básico equivalente como mínimo a 1000 euros, 1500 dólares, 10 mil pesos mexicanos, 6000 pesos argentinos.... Un SSB no dependiente de productividad alguna o del tiempo de trabajo, establecido en 25 horas semanales.



•Escala móvil automática precios-salarios contra la inflación. Sistema indexado, si suben los precios de forma inmediata se suben los salarios para evitar la pérdida de poder adquisitivo.



•Por la nacionalización sin indemnización de las grandes empresas, bancos,fincas, latifundios, grandes transnacionales, bajo control obrero. En el caso de los bancos no significará en ningún caso la expropiación de los ahorros obtenidos fruto del trabajo. Lo mismo es aplicable en el caso de pequeños comerciantes o artesanos. Nacionalización de igual forma de las grandes empresas del sector construcción.

 
•En el caso de los bancos, la nacionalización de la banca bajo control obrero, servirá para crear una Banca Pública Nacional, como medida para dar créditos baratos a la actividad industrial, comercial y al campo, modernización de explotaciones, y lograr precios de garantía más justos al disminuir la dependencia de los monopolios de distribución de sus productos.

 
•Se pronuncia por la nacionalización de los medios de comunicación de masas, comenzando de forma inmediata por aquellos que sirven de forma abierta a la reacción en propaganda y planes para magnicidios, atentados y sabotajes a procesos revolucionarios.

 
•Toda la población en edad de trabajar, en perfecta condición y capacitada, debe ejercer de forma rotativa y por periodos determinados, tareas de la administración de los servicios públicos y de la defensa armada de la revolución.


•“Un empleo, una casa, una escuela, un médico, un viaje, unas vacaciones” Lema y compromiso a cumplir por todo gobierno revolucionario.

 
•Ni un solo despido ni cierre de fabrica. Ocupación y control obrero de la fábrica y la producción. Expropiación inmediata de toda empresa en crisis. Derogación inmediata de cualquier expediente de regulación de empleo o fórmula de rebaja de salario.



•Un puesto de trabajo para cada joven, trabajador o estudiante al terminar los estudios o subsidio de desempleo indefinido con el salario social básico de forma permanente hasta estar en activo en un nuevo empleo.

•A igual trabajo, igual salario. 5 horas de trabajo, 8 horas de sueño, 12 horas de ocio y cultura.

 
•Fomento y desarrollo del empleo desde casa, posibilitado por las nuevas tecnologías, conciliando más en esta fase transicional el trabajo con la vida familiar. Las mujeres o los hombres que por necesidad trabajen en el hogar en tareas domesticas o cuidando de los hijos con una baja por natalidad percibirán el salario social básico, en virtud de la máxima a igual trabajo, igual salario.

 
•No a los contratos a tiempo parcial, de prácticas o temporales. Obtención de la base, empleo fijo, a los 7 días de prueba.

 
•Jubilación a los 30 años trabajados con independencia de la edad o máximo a los 60 años de edad con el 100% del salario real, y cubriendo el puesto de trabajo con un nuevo obrero, con particular atención a desempleados de larga duración y jóvenes. No a la ampliación de la edad de jubilación con la excusa pueril de la mayor expectativa de vida.

 
•Tres aguinaldos/ pagas extras por año equivalentes al 100% del salario real

 
•Dos periodos de vacaciones anuales de 30 días cada uno, remunerados al 100% del salario real, con posibilidad de elección de fechas.

 
•Derecho a un año sabático, remunerado integramente, por cada 6 años trabajados.
•Transporte gratuito para los desempleados.

•Derecho de los trabajadores a cualquier edad a utilizar la mitad de la jornada para realizar estudios, sin reducción salarial y con los gastos por cuenta de la empresa

 
•Toda práctica en empresas debe ser remunerada en igualdad de condiciones que un puesto fijo de la misma tarea.

Salud

•Control por los sindicatos democráticos de la prohibición que mujeres, niños y jóvenes realicen trabajo especialmente peligrosos, nocivos, penosos o nocturnos. Control de la seguridad e higiene.

•Seguro de vida, de accidentes, de catástrofes naturales, de incendio, para toda familia, cubierto 100% por el Estado.

 
Viaje anual de salud, cubiertos los gastos, de una semana o diez días al extranjero para interaccionar con culturas y realidades diferentes, en forma de enriquecimiento cultual y también como combate a tendencias xenófobas y racistas.

•Por una sola seguridad social integral, universal, pública, gratuita, a cargo de los presupuestos de egresos nacionales, durante toda la vida, cubriendo odontología, implantes dentales de titanio, gastos de defunción.....

 
•¡Abolición total de la medicina privada!

 
•100% de salario real en caso de enfermedad, accidente,viudedad, jubilación o invalidez permanente.

 
•Programa inmediato de construcción de nuevos hospitales. Cada colonia, barrio y empresa debe contar con un centro sanitario totalmente equipado.

 
•Nacionalización sin indemnización de la industria farmacéutica, para evitar fraudes como el cometido con la vacuna del virus H1N1

 
•¡Derecho social a estar acompañado! ¡Ni una vida, ni una vejez en soledad! El ser humano es un ser social.

Campo

 
•Expropiación sin indemnización y bajo control obrero de las grandes extensiones, haciendas, latifundios y fincas no cultivadas o infrautilizadas.

 
•Jornada laboral en el campo de 20 horas semanales, menor a la industrial dadas las características del trabajo.

 
•Reparto del trabajo existente en el campo entre todas las manos, por medio de la reducción de jornada sin reducción salarial.

 
Vivienda



•Limitación del monto de la renta o alquiler al 10% del salario social básico y expropiación de todas las viviendas vacías o infrautilizadas, determinándose si es pertinente la indemnización, como forma de frenar la especulación. Congelación absoluta y de forma inmediata de toda subida de alquileres.



•Control obrero y vecinal de la catalogación del suelo perteneciente a un municipio para evitar recalificaciones con objetivos especulativos. Prohibición de construcciones en primera linea de mar y litorales.



Educación





•Educación universal de 0 a 24 años, cubriendo la etapa universitaria también. Democrática,laica, universal, pública, gratuita y multilingüe.



•Expropiación de todos los centros educativos privados y su incorporación a un Sistema de Enseñanza Pública, único, de calidad, científica, laica y gratuita, bajo gestión democrática de estudiantes, padres, profesores y personal no docente.



•Pase automático a la educación universitaria. Becas para todos los hijos de familias trabajadoras. Ni un sólo no admitido en cualquier ciclo educativo, primario, medio superior o posgrado.



•Creación urgente de las miles y miles de plazas necesarias, deficitarias en todos los niveles educativos.



•Más gastos en educación y menos en armamento. Ni una ayuda a banqueros y grandes empresarios, expropiación y nacionalización.



Pueblos indígenas





•Defensa de los derechos de los pueblos indígenas y su identidad. Derecho al uso de su propia lengua con carácter co-oficial, desarrollo de la medicina tradicional....



Derechos democráticos





•Mayoría de edad y derecho al voto a los 16 años. Si alguien es lo suficientemente maduro para poder ir a la cárcel a esa edad como mínimo debe tener una serie de derechos democráticos, incluido poder votar.



•Para todos los migrantes del mundo, derecho a votar en relación a su país de origen y a su país de acogida, en cualquier tipo de votación.



•Contra todo tipo de discriminación por razones económicas, de raza, religión, sexo o nacionalidad. No a campos de internamiento para migrantes. Por la libre circulación de los trabajadores y las personas.



•Respeto y derechos equivalentes a todas las lenguas del mundo.



•No al terrorismo de estado ni la opresión de los legítimos derechos nacionales de nacionalidades oprimidas en todo el mundo. Una unión libre, federal, de pueblos libres. Por el derecho democrático a la autodeterminación de pueblos y nacionalidades históricamente oprimidos.



•Libertad a todos los presos políticos de izquierda.



Derechos de la mujer



•Baja por maternidad de un año y medio para cualquiera de los dos conyugues, percibiendo un 100% de salario real.



•Divorcio gratuito, en pie de igualdad para ambos conyuges, sin trabas burocráticas y en un plazo menor a un mes.



•Pleno derecho al aborto gratuito a cargo del servicio social de salud, sin supuestos necesarios, bajo libre decisión de la madre. No al co-pago de los servicios de salud. Principio de gratuidad y universalidad de la salud.



•Supresión de toda ley discriminatoria a la mujer en los Códigos Civil y Penal.



Derechos sociales





•Servicios domésticos organizados por las municipalidades/alcaldías/comunas, incluyendo lavanderías, tintorerías, comedores comunitarios, municipales,con precios baratos.



•Cafés y restaurante comunales a precios baratos.



•Respeto a las creencias religiosas individuales, mantenidas en la esfera privada.



Milicia y derechos democráticos



•Abolición de los ejércitos mercenarios profesionales. Por el armamento del pueblo. Aprendizaje universal del uso de armas como mecanismo de defensa colectiva y, dialécticamente, eliminar la razón de ser bélica.



•Derecho de todos los soldados a la libre reunión, expresión, organización sindical y derecho a voto. Permitir la libre creación de Uniones Democráticas de Soldados.



•Supresión de la pena de muerte en los Códigos de Justicia Militar.



Contra el imperialismo



•¡Abajo el imperialismo! Especial solidaridad y unidad de acción con los pueblos hondureño, palestino, saharaui, iraki, afgano,,,,,¡Free Gaza, fin del bloqueo! Contra el bloqueo criminal de los Estados Unidos a Cuba ¡Libertad para los Cinco de Miami!



•Fuera las bases estadounidenses de cualquier país del mundo más allá de la plataforma continental e insular del territorio USA. Fuera las 7 bases USA en Colombia, en Panamá, en Curazao, Aruba y los marines de Costa Rica!



Medio ambiente, ocio y deporte



•Programa de Recuperación de la Vida y Medio Ambiente a 5, 10 y 20 años con acciones planificadas para la transformación medioambiental, con repoblación forestal, limpieza total de ríos, lagos, etc, combate a la desertificación, recuperación y desarrollo de especies en peligro de extinción...



•Control obrero de la industria de la diversión. Libre acceso a estudios de grabación, escenarios teatrales, auditorios musicales para el desarrollo de las capacidades



•Deportes, culturas y arte al servicio del pueblo. Basta ya de que sean negocios capitalistas.



•Centros culturales y deportivos en cada núcleo de población superior a 200 habitantes. Centros culturales en todos los barrios, con bibliotecas con wifi, cineclubs, forums, teatro, centros de idiomas...... bajo control de las organizaciones obreras.



Derechos revolucionarios



•Por el socialismo en democracia obrera en todo el mundo. Por la Federación Socialista de América Latina, parte de la Federación Socialista de las Américas. Por la Federación Socialista Mundial. Abolición de las fronteras nacionales y de la propiedad privada de los medios de producción ¡Socialismo, sí; socialdemocracia, no!



Derecho a la felicidad en todas sus formas, físicas y mentales.



•La felicidad no sólo es un derecho, recogido ya en la Constitución revolucionaria de la República Bolivariana de Venezuela, sino un deber ser universal, a conquistar. El estado en extinción debe suministrar los elementos materiales básicos para la consecución de la felicidad social. La esencia de la vida no puede ser el sometimiento a un trabajo de esclavismo asalariado, alienante, sino elevarse al trabajo social creativo. La V Internacional lucha por racionalizar el trabajo y eliminar el no socialmente necesario. El desarrollo de la tecnología, del I+D+I, de la robótica, la inteligencia artificial, de la realidad virtual, la realidad ampliada, las ciencias del genoma y de la complejidad (caos), las aplicaciones de la conectividad, de la interacción social aumentada por el internet, las redes sociales....posibilitan múltiples perspectivas de expansión de todo lo socialmente creativo, desde el trabajo hasta la cultura, el arte, el deporte y el ocio creador. También abren un mundo de posibilidades a la exploración extensiva del espacio, potenciada una vez las necesidades de millones de personas en todos los ámbitos se hallen cubiertas día a día en el planeta Tierra, pasando así, como señalara Engels, de la prehistoria a la verdadera historia de la humanidad.

http://www.kaosenlared.net/noticia/en-programa-de-internacional

domingo, 5 de septiembre de 2010

Stephen Hawking y el debate entre ciencia y religión (Por Joan López)

«Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; Él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar» Isaías 40.22.

En el siglo III a. C., el filósofo griego Apolonio de Perga (262-190 a. C.) intentando explicar el movimiento aparente de los astros alrededor de la Tierra, supuso que los astros debían de moverse en órbitas excéntricas y epicíclicas.

Siglos después, el astrónomo Claudio Ptolomeo (100-170 d. C.) complementó el trabajo de Apolonio y elaboró un sistema cosmológico geocéntrico basado en los epiciclos, unas órbitas cuyo centro se sitúan en un punto determinado de las órbitas deferentes, cuyo centro sería la Tierra. A diferencia de Platón o de Aristóteles, Ptolomeo era un empirista. Su trabajo consistió en estudiar la gran cantidad de datos existentes sobre el movimiento de los planetas con el fin de construir un modelo geométrico que explicase dichas posiciones en el pasado y fuese capaz de predecir sus posiciones futuras. Se llegó a diseñar un complejo entramado de órbitas (epiciclos y deferentes) con movimientos retrógrados y elípticos, pero aún así no se lograba explicar del todo la retrogradación y la variación del tamaño y de la luminosidad de ciertos planetas. Con la mejora de las observaciones, se necesitó añadir más círculos al modelo para adecuarlo, haciéndolo impracticable. Hubo que esperar hasta Copérnico (1473-1543) para encontrar una solución eficaz al problema.

Nicolás Copérnico, lejos de incrementar la complejidad de los epiciclos y los deferentes, simplemente le dio un nuevo enfoque al modelo cosmológico: Planteó que los astros no giran alrededor de la Tierra, sino alrededor del Sol. En su obra De Revolutionibus Orbium Coelestium simplificó enormemente el modelo cosmológico imperante hasta entonces, aproximándose más a la realidad de las leyes que rigen el movimiento de los astros. No obstante, resultó difícil que los científicos de la época lo aceptaran, su teoría ponía en tela de juicio el hecho de que el hombre está en el centro del Universo para contemplar la majestuosidad de los cielos hechos por Dios.

Sin embargo, no sería correcto atribuir el descubrimiento de Copérnico exclusivamente a los avances en los métodos de observación en la Edad Moderna. En el siglo III a. C., unas décadas antes del nacimiento de Apolonio de Perga y dieciocho siglos antes de que Copérnico rompiera el paradigma geocéntrico, el filósofo griego Aristarco de Samos (310–260 a. C.) realizando unas sencillas mediciones de la distancia entre la Tierra y el Sol, determinó que el tamaño del Sol era mucho mayor que el de la Tierra. Para Aristarco era la demostración de que la Tierra, junto a los demás astros, gira alrededor del Sol y no a la inversa. No fue la razón ni el resultado de las observaciones, sino la filosofía antropocéntrica imperante, lo que evitó que la teoría más lógica, correcta, y por lo tanto la más sencilla triunfara en aquella época, dando paso a un modelo complejo, lleno de dificultades e inconsistencias, que exigía complicadas argucias para explicar el aparente desorden de estos vagabundos del espacio, y además erróneo.

En la actualidad, el pasado 2 de septiembre del 2010, una noticia ha saltado a los medios de comunicación provocando cierto revuelo: Stephen Hawking, la mayor autoridad reconocida en astrofísica de nuestra era, afirma en un avance su nuevo libro aún por publicar The Grand Design que Dios no creó el Universo. Hawking argumenta que el Big Bang, es decir, la gran explosión inicial del universo, fue “una consecuencia inevitable” de las leyes de la física y que el cosmos “se creó de la nada”. La prensa rápidamente ha buscado el sensacionalismo: “Hawking reabre la polémica entre Ciencia y Religión”, rezaba un titular de “El Mundo”:
No obstante, cabría preguntarse por qué a estas alturas del siglo XXI, el científico más influyente de la Teoría de Big Bang se ve obligado a ofrecer explicaciones sobre la inexistencia de Dios en los fenómenos astrofísicos. La respuesta quizás esté en las contradicciones de la propia teoría del Big Bang, a las que el propio Hawking contribuyó en su obra A brief history of time: from the Big Bang to black holes (1988), donde de forma un tanto ambigua, llegó a sugerir que las leyes del universo podían haber sido creadas por un “ente superior”. El principal problema es el de tener que explicar que el universo surgió de la nada.

Actualmente, teorías como las del “diseño inteligente” pretenden demostrar que la evolución de las especies es fruto de la mano de algún ser racional. En esa maraña seudocientífica en la que se intenta conciliar la fe con la ciencia, la teoría del Big Bang, pese a las declaraciones de Hawking, juega un papel destacado al dejar una puerta abierta a todos aquellos que pretendan demostrar la existencia de un ser creador.
Basta observar que la Iglesia Católica Romana ha aceptado la teoría del Big Bang como una descripción válida del origen del Universo, sugiriendo que dicha teoría es compatible con las cinco vías para la demostración de la existencia de Dios que estableció el filósofo, teólogo, escritor y Doctor de la Iglesia Santo Tomás de Aquino (1224 - 1274 d. C.), en especial con la primera de ellas sobre el movimiento1 , así como con la quinta vía.2

La editorial de la Cope, la cadena episcopal, hace una nueva interpretación: “Stephen Hawking afirma que el universo pudo surgir de la nada, gracias a la existencia previa de una serie de leyes físicas. Pues bien, por lógica ese mismo argumento debería llevar a concluir la existencia de Dios.”

Sin embargo, la teoría del Big Bang, hasta ahora casi indiscutible, es menos consistente e incuestionable de lo que aparenta. Sus márgenes han de ser movidos constantemente tras cada observación para hacerla encajar con los resultados obtenidos, igual que ocurría desde la antigüedad con los estudios de Claudio Ptolomeo y todos los que le sucedieron hasta el siglo XVI.

Constantemente es necesario corregir la fecha de la supuesta Gran Explosión, se buscan explicaciones para extrañas aceleraciones que se manifiestan en la expansión de la materia, se financian investigaciones que tratan de probar la existencia de una gran cantidad de materia (materia oscura) que resulta imprescindible para cuadrar los cálculos, y cuya existencia es tan hipotética como lo fue en su época la de los epiciclos.
Por su puesto que ha de haber una razón que explique la observación de un universo en constante expansión y para la radiación de fondo, pero ¿esa explicación es necesariamente una gran explosión creadora que hiciera aparecer el cosmos de la nada?

Llegados a este punto, es preciso recordar que no todos los científicos defienden la teoría del Big Bang. Entre ellos, es destacable la figura del premio Nobel de física Hannes Alfvén (Norrköping, 1908 – Estocolmo, 1995). Este físico, conocido como el padre de la física del plasma, elaboró un modelo cosmológico de un universo infinito en el tiempo y el espacio, basado en el plasma, donde la materia no se crea de la nada, sino que se transforma. Alfvén consideraba que la aparente expansión del universo que observamos no es más que una simple fase local de una historia mucho más amplia.

Tal vez, en un futuro, esperemos que no haya de pasar dieciocho siglos, se vuelva a hablar de Alfvén. Quizás para entonces muchos de sus estudios y conclusiones hayan quedado obsoletos, pero es posible que se haya acercado más a la realidad que los actuales astrofísicos defensores del Big Bang. Así pues, de una vez por todas, se habrá superado el teocentrismo, que no es más que una derivación del antropocentrismo, para dar paso a un nuevo modelo cosmológico mucho más simple que el actual, con un nuevo enfoque que demuestre realmente que el universo no gira alrededor de ningún ente sobrenatural.

De producirse este cambio de paradigma en el mundo de la astrofísica, a parte de los avances que supondría en el conocimiento de las leyes del universo, lo más destacable sería que supondría también una victoria de la razón frente a la filosofía imperante que se nos impone desde las altas esferas, tal y como ocurrió en la Edad Moderna; una época en la que florecieron valores como progreso y razón frente al dogmatismo.

Este nuevo enfoque en la cosmología iría acompañado de la ruptura de otros muchos paradigmas en otros campos del conocimiento que a día de hoy pueden parecer incuestionables por la ideología imperante. El fenómeno de la construcción de epiciclos en la cosmología para explicar lo inexplicable, tiene su paralelismo también en otras ciencias, como la sociología o la economía, donde sesudos expertos teorizan sobre modelos económicos sostenibles basados en el capitalismo y buscan soluciones imposibles a las crisis del sistema, todo con tal de no abandonar la mentalidad impuesta por las clases dominantes. En cambio, si planteamos que la solución está en que el universo no tiene porqué girar entorno a los principios del capitalismo, seguramente simplificaremos lo que hasta hoy a muchos les parece incomprensible.

1. Primera vía: El movimiento como actuación del móvil: Es cierto y consta por el sentido que en este mundo algunas cosas son movidas. Pero todo lo que es movido es movido por otro. Por tanto, si lo que mueve es movido a su vez, ha de ser movido por otro, y este por otro. Mas así no se puede proceder hasta el infinito… Luego es necesario llegar a un primer motor que no es movido por nada; y este todos entienden que es Dios. Las cinco vías para la demostración de la existencia de Dios (Santo Tomás de Aquino)



2. Quinta vía: El gobierno de las cosas: Vemos que algunas cosas que carecen de conocimiento, esto es, los cuerpos naturales, obran con intención de fin… Ahora bien, las cosas que no tienen conocimiento no tienden a un fin si no son dirigidas por algún cognoscente e inteligente. Luego existe algún ser inteligente que dirige todas las cosas naturales a un fin; que es lo que llamamos Dios. Las cinco vías para la demostración de la existencia de Dios (Santo Tomás de Aquino)



4 de septiembre de 2010