viernes, 18 de marzo de 2011

Sobre la no intervención (Por Daniel Guerra)



Es posible que Gaddafi ya no sea válido para Occidente, de ser así lo que está claro es que Gaddafi les ha hecho el último trabajo sucio, dejar a los revolucionarios acorralados. La revolución Libia, como parte de las revoluciones árabes, con Comités Populares autoorganizándose y armándose, era lo que más le preocupaba al imperialismo, como bien analizó el comandante Fidel Castro. Ahora Gaddafi tiene a los revolucionarios contra la pared, está por ver cómo se ha rearmado y ha recuperado tanto territorio cuando ya estaba contra las cuerdas, y ahora es quizás para el imperialismo el momento más adecuado para una intervención. ¿Por qué no intervinieron cuando Gaddafi estaba atrapado en Trípoli y tan sólo bastaba darle el golpe de gracia final? El discurso final de Gaddafi, después de compararse él mismo con Franco y a los gadafistas con la quinta columna franquista y amenazar con entrar en Benghazi tal y cómo hicieron las tropas nacionales en Madrid (él sólo se basta para desautorizarse) podría ser: "Cautivo y desarmado el ejército rebelde, las tropas nacionales pasan a ocupar sus últimos objetivos. La guerra ha terminado. Trípoli, 20 de Marzo de 2011, año de la victoria"

Claro que la guerra no ha terminado y la resistencia aún tiene mucho que decir. Como ocurrió por aquel entonces en los años 30, las potencias "democráticas" jugaron sus fichas por sus propios intereses. No querían a Franco, pero la revolución española les daba más miedo.

El Comité de No Intervención de entonces también jugó su papel en la traición a los principios democráticos que en teoría defendían,  hay que decirlo claramente. Aun así, muchos maquis, los guerrilleros que se echaron al monte en la resistencia contra el franquismo, (¿"Imperialistas", según los teóricos que defienden a Gaddafi?") esperaban en vano que las potencias democráticas, en su lucha contra el fascismo de Hitler y Mussolini, entrasen en España por los Pirineos para apoyar la lucha armada contra la dictadura. Estos maquis incluso realizaron operaciones de guerrilla de gran envergadura con esa perspectiva, una ayuda que nunca llegó.

La no intervención no es un ente abstracto. Si la teoría es gris, verde es el árbol de la vida, y las tácticas y estrategias han de servir a la revolución, y no al revés. El imperialismo tiene sus intereses y sus planes, por eso Alemania permitió a Lenin cruzar su territorio hacia Rusia, (y por eso los conspiranoicos de la época, lo que demuestra que el conspiranoicismo no es un fenómeno nuevo, le acusaban de ser un agente alemán, teoría que, aunque cueste de creer, aún hay quien la defiende) sin embargo  los pueblos tienen sus propios intereses y sus luchas se producen independientemente de los planes del imperialismo.

Por supuesto que una intervención imperialista, entendiéndose como tal el control del espacio aéreo para evitar crímenes de guerra mediante bombardeos aéreos, cosa que al principio los revolucionarios, correctamente se oponían a ella, se habría intentado cobrar el vasallaje de los revolucionarios. No obstante, el precio que esté dispuesto a pagar el pueblo libio, es algo que en última instancia está en la voluntad del pueblo de  Libia. Hay un pueblo en armas que ha perdido el miedo, un factor central en toda Revolución, pase lo que pase, y que combate a fuerzas muy superiores en armamento.

Si Inglaterra o Francia hubieran derribado los aviones que bombardearon Guernica, Barcelona, Madrid, Badajoz...no creo que eso hubiera cambiado los planes de los milicianos que expropiaban, socializaban y autogestionaban, más bien al contrario, el avance militar contra el franquismo les habría animado a continuar adelante en la revolución. (Eso no cambia que la única forma en que se podría haber ganado la guerra contra el fascismo  en España hubiera sido el poner en marcha la revolución, antes que confiar en potencias extranjeras, aunque eso es otra historia) Por eso, por no favorecer a la revolución, no intervinieron las potencias democráticas, y por eso tardó el imperialismo en intervenir en Libia. Por abortar una revolución de la peor manera posible,  España sufrió 40 años de dictadura militar.

En conclusión, hay que evitar hacer un fetiche de las consignas, y menos acusar a un movimiento de contrarrevolucionario o de imperialista por solicitar, si así fuera el caso, el establecimiento de una zona de exclusión aérea por parte de las naciones "democráticas" cuando intentan derribar a una dictadura en una revolución que peligra, con un dictador que se comienza a rearmar y amenaza con tomar represalias.

El imperialismo, en el mejor de los casos, actuaría con disfraz de aliado del pueblo alzado,  pero eso lo saben los revolucionarios, que como ya sabemos, no son los que hacen las revoluciones, sino las masas. El papel de todo revolucionario es entender la postura de las masas y explicarles lo que representaría esa intervención. No es difícil ponerse en la piel de un joven trabajador libio, de un padre de familia, de una madre...refugiados en Benghazi, sufriendo los bombardeos de las tropas gadafistas, a los que  se les dice que la OTAN podría evitar que fueran masacrados.  Antes que acusarlos y condenarlos sumariamente por imperialistas, nos corresponde a nosotros explicar lo que supone la "ayuda" de lo OTAN.

Tal vez el pueblo no lo entienda a la primera, quizás no lo haga hasta pasar por la experiencia de los efectos de las bombas de la OTAN. En la revolución rusa de 1905, los  dirigentes comunistas tampoco fueron escuchados por las masas cuando advirtieron al pueblo de que no era posible confiar en la benevolencia del Zar. Encabezados por un pope de la iglesia, la revolución comenzó con una manifestación que portaba imágenes religiosas y banderas zaristas. El pueblo lo pagó con un baño de sangre. Finalmente el pueblo aprendió, se organizó en soviets y tomó el poder para construir el socialismo. Afortunadamente, los comunistas en 1905 no se volvieron contra el pueblo acusándoles de imperialistas ni contrarrevolucionarios. El proceso de toma de conciencia duró unos 12 años, y tuvo que pasar por la Revolución de Febrero  antes de la Revolución de Octubre.


En una revolución, tanto la intervención como la no intervención de las potencias capitalistas, obedecen siempre a  intereses imperialistas. En el caso de Libia, y esto que quede bien claro, ya ha habido una "No Intervención", con el efecto del acorralamiento de una revolución y sus sangrientas repercusiones. Esa no intervención es el periodo de tiempo en el que las potencias “democráticas” han permanecido impasibles mientras el régimen de Gaddafi se rearmaba, bombardeaba, amenazaba y reducía a los revolucionarios. Esto es algo que precisamente, a quienes más se les pasa por alto, es a los sectores más concienciados, conocedores de la hipocresía y los intereses de los gobiernos capitalistas, aunque es de entender que a las masas, especialmente si temen los efectos de una venganza sangrienta del régimen que intentan derrocar, no se les pase por alto tan fácilmente. Esa no intervención no deja de ser una traición de los demócratas y reformistas a los valores que dicen defender.

Ahora, tras la traición de la no intervención,  llega el ataque de la intervención, tanto o más perjudicial,  no por los valores que dicen defender sino por las intenciones que se ocultan tras ella. Es un momento muy calculado,  no actúan en el momento más idóneo para derrocar a Gaddafi , que era cuando éste se encontraba sitiado en Trípoli. La caída de Gaddafi o su continuidad como socio es secundario. El primer objetivo,  tal y cómo lo demuestra el momento elegido para la intervención, es manipular la voluntad de los revolucionarios libios.

 ¡No a la intervención imperialista! ¡No al régimen de Gaddafi!

¡Manos Fuera de La Revolución Libia! ¡Manos Fuera de las Revoluciones Árabes!

Daniel Guerra.
18/03/2011