La espiral de revueltas, protestas y revoluciones que sacude el mundo en los inicios de los años 10 del siglo XXI, inicio de una nueva época, está a una semana de alcanzar uno de sus momentos más importantes, el salto cualitativo del movimiento 15M hacia el internacionalismo de forma organizada.
Cuando hablo de espirales no hablo de mareas ni de oleadas o huracanes… sino de espirales. No se trata de ningún capricho o licencia literaria. Permítanme que vuelva a citar un extracto de un artículo titulado “La Espiral Revolucionaria”que publiqué el 18 de febrero del 2011 con motivo de las, por aquél entonces, recientes revoluciones en Túnez y Egipto:
¿Dónde comenzó la espiral revolucionaria que recorre los pueblos árabes, amenazando con extenderse más allá? ¿En Túnez, en Egipto o tal vez en las furiosas protestas que en 2010 pararon las calles de Grecia, Francia, Italia, Gran Bretaña o Portugal y que hoy pueden, retroalimentadas, volver a intentarlo?
Pues bien, aunque en realidad, más que una espiral se trata de varias espirales que terminan confluyendo y formando otra espiral mayor, dicho fenómeno volvió a pasar por Europa y más allá, y muy bien alimentada de su paso por los países árabes, donde por cierto las revoluciones en Túnez y Egipto no están terminadas y en países como Siria, Yemen, o Bahrein sufren una durísima represión, mientras en Líbia el imperialismo ha intervenido con la intención de abortar cualquier intento de poder popular.
Así pues, se han visto banderas egipcias ondeando incluso en Wisconsin y desde el 15 M, la resistencia mediante acampadas, la autogestión y los embriones de poder popular aprendidos de las revoluciones árabes se extienden desde las plazas de España a las europeas, a los barrios, a Tel Aviv, New York, Boston, San Francisco, Santiago de Chile…En la India, la huelga de hambre de un solo hombre inspiró a millones de ciudadanos a manifestarse en las calles. Pero ahora, y cada vez más, cada uno de estos episodios nacionales están conectados entre sí.
El 29 de septiembre de 2010 asistimos a la primera jornada de lucha europea organizada por los sindicatos europeos, con paros parciales y demostraciones de solidaridad y fraternidad que superaron los límites continentales. Por aquel entonces ya se comenzada a vislumbrar el camino correcto a seguir en las luchas, y no faltaron ni faltan voces que explican por activa y por pasiva la necesidad de dar un salto cualitativo hacia una huelga general europea o internacional.
Un año después, asistiremos a la primera jornada de lucha, ya no europea, sino mundial y con consignas contra el sistema capitalista organizada directamente por la ciudadanía y con sus propios medios, a falta de organizaciones y partidos que hayan sabido estar a la altura de los acontecimientos. Se trata de una nueva vuelta a la espiral. La naturaleza se abre camino.
¿Cuál puede ser la siguiente vuelta? Los estibadores europeos han decidido convocar una huelga general europea en el sector para el próximo 22 de noviembre. El capitalismo es internacional, así que lo normal es que las luchas se mundialicen. Es necesario que la Confederación Internacional de Sindicatos organice una huelga Europea a la que se puedan sumar organizaciones sindicales de todo el mundo, lo que sería una huelga mundial, para dar así un paso determinante en las luchas de la forma más rápida. De lo contrario, ese paso puede que se produzca de forma más lenta en un proceso innecesariamente más largo y lleno de altibajos en el que los trabajadores deberemos reconstruir nuestras herramientas de lucha y crear otras nuevas, aunque de todas formas, hay procesos que a pesar de que duren años, incluso décadas, son inevitables. La naturaleza se abre paso pese a los obstáculos. ¡Somos el 99%! ¡Todos a la jornada de lucha mundial el 15 de Octubre, hacia la huelga general mundial!
Rise Up!
09 de Octubre de 2011